La primera vez que escuché rumores sobre una posible pickup de construcción unitaria de Ford, basada en su arquitectura global de vehículos compactos C2, estaba seguro de que no sería más que una Escape con una caja de carga, de la misma manera que la nueva Hyundai Santa Cruz es una versión de la crossover Tucson con el área de carga abierta.
Las fotografías de los primeros prototipos camuflados hicieron obvio mi error, al menos desde el punto de vista estético. Salvo la falta de la división entre la cabina y el área de carga que delata su construcción unitaria, nada en la apariencia de la Ford Maverick comunica otra cosa que no sea una pickup genuina, muy estadounidense, y sobre todo muy Ford.
Después de conducirla por un par de días en los alrededores de Nashville, la idea de la crossover con el área de carga abierta comenzó a recuperar vigencia, con la excepción de que a pesar de compartir su arquitectura con las crossovers Escape (Kuga en Europa), Bronco Sport y Lincoln Corsair, no deriva de ninguna de ellas. Maverick demostró ser un vehículo muy único, sorprendentemente capaz y con una personalidad propia. Su misión es conquistar compradores nuevos para Ford. ¿Tendrá lo que hace falta para lograrlo? Veamos.
Tras el volante
La primera sorpresa que nos dio Maverick es la suavidad y la capacidad de respuesta de su tren motriz híbrido. La combinación del motor de cuatro cilindros y 2.5 litros de ciclo Atkinson con el nuevo motor eléctrico, que logra una potencia combinada de 191 caballos de fuerza, movió a la pickup con autoridad tanto en condiciones de manejo normales —donde observamos un promedio de 38.8 millas por galón– como al remolcar un par de motos de agua y cargar 1,000 libras en bolsas de mantillo en la caja de carga. En ambas situaciones el consumo de combustible fue mínimo: alrededor de 2 millas por galón.
La versión a gasolina, la única que ofrece la opción de tracción total con sus 250 caballos de fuerza, fue más asertiva, no solo gracias a su superávit de potencia y torque (277 lbs-pie vs. 155 lbs-pie en la versión híbrida), sino también por su transmisión automática de ocho velocidades.
Ford nos invitó a recorrer un circuito todoterreno con subidas de 12 grados y un suelo irregular a bordo de una Maverick con el paquete todoterreno FX4, que ofrece los modos de manejo Normal, Slippery, Sand, Mud/Ruts y Tow/Haul (normal, resbaladizo, arena, barro/surcos y remolque/carga, respectivamente), así como una suspensión calibrada para todoterreno, neumáticos especiales y refuerzos en la parte de abajo del vehículo.
Con el modo en Mud/Ruts, la Maverick se sintió a sus anchas y muy compuesta, y quedamos con la sensación de que la camioneta pudo haber enfrentado rutas más exigentes. Lamentablemente no conseguimos un escenario que permitiera el uso del sistema de control de descenso, disponible también como parte del paquete FX4.
La cabina
La cabina de la Maverick es un lugar que ni siquiera con el paquete “de lujo” se siente especialmente suntuosa, pero la hace un mejor vehículo. El equipo de diseño tomó la cada vez más popular aproximación de sinceridad en los materiales, donde los plásticos no fingen ser cuero o tener costuras, y no hay ni maderas ni metales falsos. El resultado es un espacio que se siente novedoso y agradable.
Sorprendió la buena calidad aparente y la comodidad de los asientos de tela en las versiones más económicas de la Maverick los cuales, quizá inspirados por el espíritu de “sinceridad en los materiales”, preferimos a los de combinación de vinil/cuero que vimos en las unidades First Edition y Lariat. Ford acortó la longitud de los descansabrazos de las puertas delanteras para poder albergar botellas de gran tamaño en los portavasos, un atributo que quienes hagan viajes largos sabrán apreciar mejor que nadie.
Todas las versiones tienen instrumentos analógicos regulares, los cuales están complementados por una pantalla LED de 6.5 pulgadas con hermosos gráficos e información completa. La pantalla táctil central de ocho pulgadas es estándar en todos los modelos y alberga en sistema de infoentretenimiento SYNC 3 de Ford.
Los cojines de los asientos traseros esconden unos convenientes compartimientos de carga configurables que ayudan a mantener el orden en la cabina. Allí conseguimos siete muescas a las que llamadas FITS, para asegurar accesorios ofrecidos por Ford, con una extra ubicada en el extremo trasero de la consola central.
Estos accesorios incluyen portavasos, un cubo de basura o de almacenamiento, un organizador de cables, un gancho doble para bolsas de compra o carteras, y divisores de almacenamiento para el área debajo del asiento, o cualquier otra cosa que se le ocurra al propietario del vehículo, ya que Ford pone a la disposición de sus clientes los planos CAD de los aseguradores para diseñar accesorios e imprimirlos en 3D.
Hágalo usted mismo
FITS es apenas la punta de un iceberg de posibilidades de proyectos que los propietarios de la Maverick pueden ejecutar por sí mismos, en especial cuando los precios de los accesorios son prohibitivos o simplemente el accesorio que hace falta no existe.
La caja de carga, por ejemplo, cuenta con muescas para asegurar divisores o portabicicletas, incluso tiene anclajes en el portón trasero que funcionan también como destapadores de botellas. Asimismo, tiene un precableado para energía eléctrica de 12 voltios estándar.
Gaby Grijales, la ingeniera líder del equipo de gestión del programa eléctrico, comentó: “Queríamos ofrecer a nuestros clientes una forma sencilla de acceder al circuito eléctrico para proyectos de bricolaje sin comprometer el sistema eléctrico del vehículo”.
También hay dos tomacorrientes de 110 voltios y 400 vatios disponibles en ciertas versiones, y en los laterales internos de la caja de carga hay códigos QR que llevan a una página web con guías para proyectos de bricolaje especiales para Maverick.
¿Para quién es Maverick?
Ford espera conquistar un grupo diverso de compradores sin experiencia previa en pickups, en especial mujeres y latinos seducidos por la conveniencia y el tamaño de Maverick, la que esperan sea un vehículo muy usado en la ciudad, más en su versión híbrida. Después de nuestra experiencia detrás del volante de esta pequeña gigante quedamos con la impresión de que es una pickup chiquita con un corazón enorme, y que puede seducir a sus usuarios de muchas maneras.
La Ford Maverick será vendida en Estados Unidos, México y Canadá, para luego ser exportada a Argentina, Brasil, Chile y Perú, así como a los mercados de Puerto Rico y las Islas Vírgenes, todo durante su primer año de producción.
Esta camioneta es fabricada en la planta de ensamblaje de Ford, en la ciudad mexicana de Hermosillo. Sus versiones con el motor EcoBoost de 2.0 litros ya se distribuyen a los concesionarios, seguidas muy pronto por las versiones híbridas. Maverick es ofrecida en tres niveles de equipamiento: XL, XLT y Lariat. Su versión más barata es la XL híbrida con un precio inicial de $19,995 dólares; la más cara es la Lariat con el motor EcoBoost de 2.0 litros, con un precio inicial de $26,575 dólares.