Las cavernas subterráneas que existen en la Luna y en Marte son entre cien y mil veces más grandes que las que existen en la Tierra y podrían proporcionar refugio seguro para una ciudad entera, informó la Agencia Espacial Europea (ESA) en una investigación presentada este viernes.
La ESA estudió grandes túneles de lava en las Islas Canarias, Islandia, Hawai y Australia y las comparó con estructuras similares en la Luna y el planeta rojo.
Para medir el tamaño y la morfología de las cuevas lunares y marcianas utilizaron modelos informáticos y combinaron imágenes de satélite con datos altimétricos de nuestros cuerpos celestes vecinos.
Observaron que si en nuestro planeta el diámetro de los túneles suele oscilar entre 10 y 30 metros, en la luna las cuevas pueden tener más de 800 metros de diámetro, espacio suficiente para albergar una colonia humana.
“Los túneles dejados por la lava, en Marte y en la Luna, son tan grandes que podrían contener todo el centro de una ciudad de tamaño mediano. En la Luna el volumen puede superar los mil millones de metros cúbicos, con un diámetro de hasta un kilómetro. Eso es tan ancho como el Central Park de Nueva York. A pesar de su impresionante tamaño, los túneles se mantienen estables y la mayoría de ellos siguen intactos”, señaló Riccardo Pozzobon, coautor de la investigación.
El estudio también revela que es probable que la Luna contenga muchos más vacíos bajo la superficie. “La Luna es un gran objetivo para la exploración subterránea”, dice Francesco Sauro, director del centro de entrenamiento en cavernas (Caves) de la ESA.
En Marte, donde la gravedad es tres veces menor que en la Tierra, las cuevas de lava parecen ser más pequeñas.
Los expertos de la ESA señalan que uno de los mayores desafíos cuando se piensa en crear asentamientos humanos en otros planetas es construir un espacio seguro para vivir.
Ya sea en Marte o en la Luna, los colonos espaciales tendrán que vivir, trabajar y dormir en un ambiente de temperaturas extremas, sin oxígeno, mientras son bombardeados con radiación y micrometeoritos.
“Los túneles de lava podrían convertirse en hábitats bien protegidos. Al igual que en la Tierra, las temperaturas dentro de las cuevas apenas varían entre el día y la noche y sus techos protegen contra la dañina radiación cósmica y solar y el impacto de pequeños meteoritos que golpean la superficie”, aclara el estudio.
Por muy prometedor que parezca este análisis comparativo, la ESA dice que se necesitan pruebas más directas.
“Las futuras misiones humanas y robóticas que explorarán los tubos de lava allanarán el camino hacia hábitats seguros. La ESA está apoyando misiones creativas para explorar pozos lunares con robots”, explica Loredana Bessone, diseñadora de los cursos Caves de la ESA.