Investigadores de la NASA que buscaban hielo en los cráteres lunares polares se toparon con un hallazgo interesante y totalmente inesperado, al observar evidencias de que la Luna es mucho más rica en metales de lo que se pensaba hasta el momento.
Miembros del equipo que trabaja con el Instrumento Miniatura de Radiofrecuencia (Mini-RF) en la sonda espacial Lunar Reconnaisance Orbiter (LRO) de la agencia espacial hallaron evidencias de que, bajo la superficie, la Luna podría contener más metales, como el hierro y el titanio, de lo que se creía anteriormente.
Este descubrimiento, reportado el 1 de julio en Earth and Planetary Science Letters, podría aportar importantes claves para conocer más acerca de la historia de la formación de nuestro satélite natural, estableciendo un vínculo más claro entre la Tierra y la Luna.
Las evidencias señalan que la Luna nació como resultado de una colisión de un protoplaneta del tamaño de Marte con la Tierra, razón por la que la composición química de la Luna sería en gran medida similar a la de nuestro planeta. Sin embargo, al estudiar la composición química del satélite las cosas no son tan evidentes, con algunas áreas de la Luna llenas de rocas que contienen pocos minerales metálicos relacionados con la Tierra y otras en las que la abundancia de metales incluso supera a muchas rocas terrestres. Estas diferencias han generado dudas e hipótesis relacionadas con la influencia del protoplaneta impactado.
Wes Patterson, principal investigador y coautor del estudio, no ocultó el asombro que les causó el hallazgo: “La misión del LRO y su instrumento de radar continúan sorprendiéndonos con nuevos detalles acerca de los orígenes y la complejidad de nuestro vecino más cercano”.
La hipótesis de los investigadores implica que unos cuantos cientos de metros bajo su superficie, podría haber una abundancia en metales.