Ubicado al norte de Chile, el desierto de Atacama constituye un buen escenario para el estudio de restos fósiles de los antiguos habitantes debido a la escasez de humedad en la zona, ya que se trata del desierto más árido del mundo.
Un nuevo estudio de restos humanos procedentes de tumbas entre 3,000 y 1,400 años de antigüedad revela la violenta lucha que pudo haber entre los habitantes de la zona cuando se inició la agricultura.
Según la investigación que será publicada en el Journal of Anthropological Archaeology, los habitantes del desierto se atacaban entre ellos con mazas, cuchillos y armas de caza, probablemente por la escasez de agua y la disponibilidad de tierras fértiles.
En el estudio se encontraron docenas de individuos con el pelo, la carne y los órganos aún intactos debido a la aridez del desierto.
Las víctimas tenían las costillas y clavículas rotas, mutilación facial y heridas en los pulmones, las ingles y la columna vertebral. Cerca de la mitad de las lesiones parecen haber sido golpes mortales.
“Las pautas y frecuencias de los traumatismos mortales son sorprendentes”, afirma Tiffiny Tung, arqueóloga de la Universidad de Vanderbilt, que no formó parte de la investigación.
El trabajo también expone las posibles razones de este nivel de violencia, donde se consideran las tradiciones culturales, el cambio climático y la escasez de recursos.
Según los científicos, estos resultados entregan lecciones para cualquier sociedad, incluidas las más desarrolladas.
“Podemos mirar a estas otras poblaciones de diferentes épocas y lugares para tratar de entender los intensos brotes de violencia frente a la relativa calma, la relativa paz”, agrega Tiffiny Tung.
“¿Cuáles son las fuerzas más grandes en juego que contribuyen a que la gente quiera dañar, mutilar o realmente matar a otra persona?”, concluye.