A un año de que comenzara a propagarse por el mundo, los científicos podrían haber descubierto el motivo por el cual el virus SARS-CoV-2 es más transmisible que otros tipos de coronavirus.
Los investigadores compararon el comportamiento del SARS-CoV-2, que ha provocado la pandemia del COVID-19, y el SARS-CoV-1, que en 2003 desató un brote de SARS.
Los investigadores se centraron en la proteína de pico, que permite que los coronavirus se unan con las células humanas. Antes de hacerlo, la proteína cambia de estado “inactivo” a uno “activo”.
Según simulaciones moleculares de investigadores de la Universidad de Arkansas, el SARS-CoV-2 puede mantener su estado activo por más tiempo; el SARS-CoV-1, en cambio, es menos estable, lo que le da menos tiempo para unirse a las células humanas.
“El SARS-CoV-1 se mueve más rápido, se activa y desactiva, lo que no le da tanto tiempo para adherirse a la célula humana, porque no es tan estable. El SARS-CoV-2, por otro lado, es estable y está listo atacar”, explicó el autor principal Mahmoud Moradi, profesor de la Universidad de Arkansas.
Desde que se detectó el SARS-CoV-2, ha infectado a más de 112 millones de personas en el mundo. En cambio, el SARS provocó cerca de 8,000 casos en 2003, pero se contuvo en 2004.
Los hallazgos también sugieren que una región en la punta de la proteína de pico, conocida como dominio N-terminal (NTD), ayuda a estabilizarla.
El NTD parece estar involucrado en la transición de estados de la proteína de pico, por lo que las mutaciones en esta región podrían afectar la transmisibilidad, dijeron los investigadores.
“Podríamos diseñar terapias que alteren la dinámica (de la proteína de pico) y hagan que el estado inactivo sea más estable, promoviendo así la desactivación del SARS-CoV-2. Esa es una estrategia que aún no se ha adoptado”, añadió Moradi.