Mientras algunas zonas del planeta parecen mostrar una leve mejoría frente a la pandemia de coronavirus, otras se han visto amenazadas por la propagación de la variante Delta.
Nueva Zelanda, por ejemplo, que hasta hace poco era un modelo a seguir en la gestión de la crisis sanitaria, ha tenido que reforzar las medidas a raíz de esta peligrosa cepa.
La aparición de esta variante ha cambiado el escenario actual de la gestión de la pandemia a nivel mundial. El problema es que Delta está lejos de ser la última amenaza por parte del coronavirus, tal como advierten los expertos.
En un artículo publicado en The Conversation, Hamish McCallum, director del Centro de Salud y Seguridad Alimentaria de la Universidad de Griffith, en Australia, afirmó que “Delta no es el final de la historia del SARS-CoV-2”.
El experto en enfermedades infecciosas y patógenos también explica qué podría ocurrir con esta variante a futuro y con la aparición de otras nuevas mutaciones.
“La evolución es el resultado de mutaciones aleatorias (o errores) en el genoma viral cuando se replica. Podemos esperar que la evolución favorezca las cepas de virus que dan como resultado una curva epidémica más pronunciada, produciendo más casos más rápidamente”.
Según el científico, esto podría llevar a dos predicciones. Por una parte, se anticipa que el virus se vuelva más transmisible. “Es probable que una persona infectada contagie a más personas”, indica.
Por otra parte, es posible que se reduzca el tiempo que transcurre entre que alguien se infecte y transmita el virus a otros. Según el experto, por este motivo se piensa que la variante Delta se propaga por el todo el mundo y reemplaza a la cepa original de Wuhan.
“La cepa de Wuhan tenía un valor R de 2-3, pero el valor R de Delta es de aproximadamente 5-6. Por lo tanto, es probable que alguien con Delta infecte al menos al doble de personas que la cepa original de Wuhan”, añade McCallum.
El experto advierte: “La variante Delta no es el final de la historia”.