Esta semana en MotorTech probamos uno de los íconos del todoterreno, la Jeep Wrangler Rubicon, vehículo que está diseñado para la conducción fuera de carretera, pero también para el uso en ciudad.
El modelo trasunta toda la experiencia de Jeep en la fabricación de automóviles todoterreno e incorpora las últimas tecnologías de seguridad.
Subirse a la Jeep Wrangler Rubicon es ya una experiencia, porque es bastante alto. Pero una vez sentado en el asiento del conductor, la vista en altura brinda una agradable sensación panorámica.
Al entrar en el vehículo, lo primero que se viene a la mente es que tendremos un día de aventura, un día de diversión, porque es lo que el auto transmite.
El interior es simple pero tenemos todo a disposición. Está pensado para que sea muy fácil de limpiar el barro y la tierra después de una aventura.
Por su parte, el tablero de instrumento es el clásico de Jeep con dos grandes relojes redondos. Cuenta con una pantalla de 8.4 pulgadas, con navegador satelital y con un sistema de sonido premium de la marca Alpine, que incluye mueve altavoces y una barra de sonido en el techo.
Los asientos tienen tapiz de cuero y exhiben la leyenda Rubicon, que está bordada en los reposacabezas.
El volante también está forrado en cuero y puede regularse manualmente en altura y profundidad.
En el exterior, el Wrangler Rubicon goza de un gran despeje del suelo lo que le permite transitar con soltura por lugares difíciles. Cuenta con unos guardabarros cubiertos, característicos de Jeep, de 33 pulgadas.
En la zona frontal posee las siete barras verticales tradicionales de la identidad Jeep, junto con faros led y un paragolpes de fierro, duro y muy firme.
Otro punto interesante es el diseño del capó con salidas de aire hacia arriba y que ofrece un original sistema de apertura.
El vehículo dispone además de un techo de lona que podemos desplazar electrónicamente.
Además, trae una herramienta que permite extraerle las puertas y configurar una carrocería que transmite aún más libertad.
Motorización y manejo
Curiosamente, la versión que probamos contaba con motorización diésel, algo inusual para el mercado estadounidense que es mayoritariamente gasolinero.
Se trata de un motor de 3 litros de 260 hp, que ofrece una muy buena respuesta de torque y brinda mucha fuerza desde bajas revoluciones.
Trabaja en conjunto con una transmisión de 8 velocidades.
La tracción 4×4 se dispone a través de una palanca mecánica, “como deber ser en un todoterreno”.
El vehículo se vende para la ciudad, así que lo probamos en una autopista. Lógicamente, no es un auto que ofrezca un gran comportamiento en este tipo de superficie.
Su cabina es un poco ruidosa y como es un vehículo alto, su andar no es de lo más estable. Pero es cuestión de acostumbrarse. Hay que recordar que es un todoterreno.
En cuanto a tecnologías de seguridad, dispone de control de punto ciego, advertencia de colisión frontal, asistente en reversa con cámara incluida y un sistema avanzado de bolsas de aire, entre otros elementos.
Dispone además de un marco de acero de alta resistencia que crea un chasis rígido y seguro para los ocupantes del auto.
Jeep Wrangler Rubicon se comercializa en los EE.UU a un precio de $64,000 dólares.