¿Cómo podemos realizar un seguimiento de la contaminación que hay el aire en un lugar como China? Esta misma pregunta ha inspirado a los investigadores de Rice University.
Y su respuesta incluye el análisis de las palabras que se utilizan en millones de mensajes en las redes sociales chinas para averiguar si el microblogging puede funcionar como un sistema de medición de la contaminación atmosférica.
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«Históricamente, China ha sido un país muy reservado a la hora de revelar datos sobre la contaminación del aire», explica el ingeniero ambiental Daniel Cohan a Digital Trends. “Toman mediciones de muy alta calidad en tiempo real y tienen monitores en unos 24 lugares alrededor de Beijing, sin embargo es muy difícil que las personas puedan hacerse con los datos de archivo”, añade.
Cohan y el científico de la Rice University, Dan Wallach, han utilizado la plataforma china de microblogging Weibo (la versión china de Twitter) para su estudio. Miraron aquellas palabras clave recurrentes como «polvo», «tos», «niebla» y «cielo azul» y se plantearon la hipótesis de su correlación con los niveles de contaminación diarios. Con los resultados de este análisis crearon el llamado Air Discussion Index (ADI), que se basa en el estudio de la frecuencia de los términos relacionados con la contaminación en 112 millones de puestos de trabajo -realizado entre 2011 y 2013- por los residentes de Beijing, Shanghai, Guangzhou y Chengdu.
«Lo que hemos introducido en este índice se puede comparar con lo que Google hace para predecir la evolución de una gripe», asegura Cohan. «Del mismo modo que Google es capaz de mirar los términos de las búsquedas y averiguar dónde hay un brote de gripe, nosotros podemos mirar los mensajes de Weibo y predecir la gravedad de la contaminación del aire en un día en particular», añade. Para ello, compararon su modelo con las lecturas por hora de un sensor tomadas por la Embajada de los EEUU en Beijing, y encontraron que podían predecir estas mediciones con una precisión del 88,2% en dicha ciudad. Además, esta precisión también surgió en otras ciudades donde la contaminación no era tan grave y los mensajes de Weibo no fueron tan generalizados.
«Lo que hace de China un país único es que los niveles de contaminación del aire son tan altos que la gente habla realmente de ello en las redes sociales», explica Cohan. «Sin preguntarles por ello, los usuarios a menudo hacían referencias al color del cielo. Seguramente no se podría utilizar este método en ciudades de los Estados Unidos, donde la contaminación no es tan visible. Sin embargo, en lugares como Beijing, donde, literalmente, se puede ver la contaminación del aire, se trata de un tema del que mucha gente habla». De modo que, en el futuro, estos hallazgos podrían ampliarse a otros lugares para comprobar este modelo.
«Hay grandes partes del mundo en desarrollo, donde no existen mediciones de alta calidad relacionadas con la contaminación del aire», señala. «Esto apunta a la posibilidad de utilizar las redes sociales para deducir la gravedad de la contaminación en esos lugares. No funcionará en todas partes, pero en las mega-ciudades más contaminadas del mundo, sin duda podría convertirse en parte de una solución potencial”.