Los adelantos tecnológicos en el campo médico continúan transformando vidas. En esta ocasión, se trata de un pequeño robot implantable que ayuda a estirar el tejido corporal, para ayudar a los niños que presenten problemas congénitos de desarrollo en sus órganos internos.
El robot en miniatura, desarrollado por un equipo de médicos e ingenieros del Boston Children’s Hospital, está diseñado para alargar los órganos tubulares que exhiben retraso en el crecimiento, tirando lentamente del tejido. De esta manera, ofrece una solución para defectos congénitos raros que afectan al esófago y al intestino, que pueden ser debilitantes para los niños y son difíciles de abordar quirúrgicamente.
Uno de esos defectos es la atresia esofágica, un raro trastorno del aparato digestivo en el cual el esófago no se desarrolla apropiadamente. En el procedimiento actual para tratar de solucionarlo, el niño debe someterse a un coma inducido y mantenerse en cuidados intensivos de una a cuatro semanas, a medida que el esófago se alarga manualmente .
Pero el diseño robótico para abordar este problema es diferente. En éste, dos anillos se unen quirúrgicamente al esófago, y posteriormente un motor tira lentamente de los anillos, alargando el tejido esofágico en el proceso. Una de las principales ventajas de la nueva técnica es que el niño no necesita estar sedado durante el procedimiento, y la recuperación es menos dolorosa.
En un estudio reciente publicado en la revista Science Robotics, los investigadores explican que probaron el dispositivo en el esófago de cerdos, los cuales pudieron comer normalmente y no mostraron signos de incomodidad mientras se implantaba el robot.
«Es difícil entrevistar a un cerdo para obtener todos los detalles», dijo a Digital Trends Pierre Dupont, jefe del Laboratorio de Bioingeniería Cardíaca Pediátrica, y uno de los autores del artículo, «pero ajustamos la tensión mientras estábamos allí observando al animal, o lo alimentamos con golosinas, solo para asegurarnos de que no estuviera incómodo. No pudimos notar nada. Tuvimos la opción de modificar la tensión mientras comían, y simplemente no les molestaba».
La atresia esofágica es un raro defecto que ocurre en aproximadamente 1 de cada 4,000 niños en los Estados Unidos, pero el tratamiento es complicado y requiere de habilidades quirúrgicas específicas. Al diseñar un robot para hacer la mayor parte del trabajo, Dupont y sus colegas esperan proporcionar una solución automatizada que pueda tratar a los pacientes independientemente de la competencia técnica de un cirujano, a través de este procedimiento exacto.
El equipo ahora está investigando si su dispositivo podría usarse para tratar un problema más común, conocido como el síndrome del intestino corto, que puede inhibir la capacidad de un niño de obtener nutrientes de su comida. «Es simple. Si tu intestino no es lo suficientemente largo, no puedes absorber nutrientes», explica Dupont. Sin embargo, el intestino es un órgano más complicado que el esófago, por lo que se necesita más investigación para adaptar al robot a este procedimiento específico.