Durante los últimos años, un sorprendente trabajo se ha llevado a cabo en el desarrollo de exoesqueletos robóticos que pueden ayudar a los adultos con parálisis o problemas de movilidad, mediante la sustitución de la función perdida de los músculos, para restaurar la capacidad de caminar.
Pero ahora, un nuevo proyecto desarrollado por investigadores del National Institute of Health (NIH por sus siglas en inglés) está fijando sus objetivos un poco más bajos, literalmente hablando. Lo que los científicos del NIH han desarrollado es un exoesqueleto diseñado para ayudar a los niños con parálisis cerebral (PC), un trastorno neurológico que afecta el movimiento y la coordinación.
En particular, este exoesqueleto tiene la intención de ayudar a un tipo predominante de parálisis cerebral inducida por el trastorno o patología, llamado crouch gait, o “postura agachada».
«En lugar de restaurar la función perdida, nuestro exoesqueleto fue diseñado para cambiar la forma en la que los niños caminan con la postura agachada, hacia caminar con CP», dijo el Dr. Thomas Bulea cuando lo entrevistamos. El doctor Bulea es una de las figuras centrales del equipo del departamento de Medicina de Rehabilitación de NIH.
«El exoesqueleto puede lograr esto mediante el seguimiento de las extremidades del niño, y el suministro de asistencia motorizada para la extensión de las rodillas, en los momentos apropiados del ciclo de caminar”, explicó Bulea a Digital Trends. “Estos niños han desarrollado su postura agachada para compensar la forma en que su sistema nervioso se desarrolló, y por lo tanto, se desconoce cómo responderían a este nuevo tipo de asistencia robótica», nos dijo.
Afortunadamente, la asistencia robótica tuvo éxito. De los siete niños equipados con los exoesqueletos robóticos como parte del estudio del NIH, seis de ellos demostraron la extensión mejorada de la rodilla, y fueron capaces de caminar mejor con la ayuda robótica adicional.
«Nuestros resultados muestran que el exoesqueleto puede cambiar de forma segura y eficaz la postura de un niño mientras es utilizado», continuó Bulea. «Lo más emocionante es que la actividad muscular de los niños se preservó cuando empezaron a caminar en esta nueva forma con el exoesqueleto, lo que sugiere que el uso a largo plazo de este dispositivo podría ser una forma viable para entrenar un nuevo patrón de caminar en las personas afectadas».
Dado que el aumento de las dificultades físicas significa que aproximadamente el 50 por ciento de los enfermos de parálisis cerebral dejarán de caminar cuando lleguen a la edad adulta, esta corrección de la postura agachada a una edad temprana, podría tener un impacto importante en la movilidad futura de los pacientes.
«El siguiente paso es un estudio a largo plazo del exoesqueleto para la rehabilitación de la marcha en niños con PC», dijo Bulea. «Nuestro objetivo final es entrenar a estos niños a caminar de una nueva manera; por lo tanto, el principal desafío restante es traducir el patrón de caminar mejor que observamos con el exoesqueleto, y llevarlos a caminar sin él».
El documento que describe la investigación completa fue publicado esta semana en la revista Science Translational Medicine.