Retrasar los efectos del envejecimiento en nuestra piel ha sido una de las principales preocupaciones de las compañías de productos estéticos.
Ahora, un grupo de investigadores japoneses presenta un importante avance en esta materia.
Muchos de los efectos del envejecimiento se pueden deber a la acumulación de células senescentes (proceso de envejecimiento) que han dejado de dividirse.
En una investigación, los científicos japoneses identificaron una proteína específica de estas células y pudieron desarrollar una vacuna capaz de eliminarlas.
Los profesionales afirman que han realizado pruebas en ratones que han mostrado cómo se reducen los efectos del envejecimiento.
La investigación se enfoca en las células inactivas que se acumulan en el cuerpo y que son las que contribuyen a los síntomas del envejecimiento y las enfermedades asociadas.
En el último tiempo, los científicos han logrado desarrollar una nueva clase de fármacos conocidos como senolíticos, que eliminan estas células.
Los profesionales admiten que estos fármacos se han mostrado “prometedores” para ralentizar los efectos del envejecimiento y aumentar la esperanza de vida y la salud.
¿Cómo desarrollaron la vacuna?
Para este nuevo estudio, los científicos japoneses quisieron hallar una forma para atacar estas células senescentes de manera más directa.
El equipo pudo detectar una proteína llamada GPNMB, que se manifiesta de manera elevada en estas células que han caducado.
Luego, comprobaron qué sucedía cuando se eliminaba la GPNMB. Así, los ratones tratados mostraron menos anomalías metabólicas y otros marcadores moleculares del envejecimiento en comparación con los ratones de control.
Los investigadores también desarrollaron una vacuna que podía dirigirse a esta proteína e inducir al sistema inmunitario a destruir las células que expresaban la GPNMB.
La vacuna fue aplicada en tres grupos de ratones, todos exhibieron mejoras. Algunos de ellos se mostraron más activos y con movimientos más rápidos, mientras que en otros se registró una prolongación de su expectativa de vida.
“Nuestro estudio ha demostrado la posibilidad de una nueva estrategia contra la senescencia”, explicó el profesor Tohru Minamino, autor del estudio.
“Especulamos que hay muchos más seno-antígenos que son producidos por otros tipos de células senescentes. Con más investigaciones podremos ofrecer una terapia antisenescente individualizada para los pacientes en función de la prevalencia de los distintos tipos de células senescentes en su organismo”, finalizó.
Los resultados de esta investigación fueron publicados en la revista Nature Aging.