Junto con aclarar que no existen medicamentos que hayan demostrado eficacia en el tratamiento del COVID-19, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) moderó las expectativas sobre la aparición de una vacuna.
“Los plazos de desarrollo de la vacuna son difíciles de predecir. Según la experiencia pasada, EMA estima que podría pasar al menos un año antes de que una vacuna contra el COVID-19 esté lista para su aprobación y disponible en cantidades suficientes para permitir su uso generalizado”, fundamentó.
El organismo dependiente de la Unión Europea informó que está en contacto con especialistas de alrededor de 40 potenciales tratamientos y aplaudió la realización de “grandes ensayos clínicos para probar tratamientos prometedores y generar evidencia concluyente sobre cuál de ellos funciona”.
Entre los tratamientos que actualmente se someten a ensayos clínicos, la EMA destacó los siguientes:
- Remdesivir: medicamento en investigación
- Lopinavir/ ritonavir: actualmente autorizado como medicamento contra el VIH
- Cloroquina e hidroxicloroquina: actualmente autorizados a nivel nacional como tratamientos contra la malaria y ciertas enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide
- Interferones sistémicos, en particular interferón beta: actualmente autorizado para tratar enfermedades como la esclerosis múltiple
- Anticuerpos monoclonales con actividad contra componentes del sistema inmune
La EMA ahondó en la cloroquina y la hidroxicloroquina, cuyo uso fue celebrado por el presidente Donald Trump y posteriormente autorizado en Estados Unidos por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
Estas sustancias “se están investigando en todo el mundo por su potencial para tratar la enfermedad por coronavirus. Sin embargo, la eficacia en el tratamiento de COVID-19 aún no se ha demostrado en los estudios”.
“Es muy importante que los pacientes y los profesionales de la salud solo ocupen cloroquina e hidroxicloroquina para sus usos autorizados o como parte de ensayos clínicos o programas nacionales de uso de emergencia”, agregó.
La EMA enfatizó que ambas sustancias “pueden tener efectos secundarios graves, especialmente en dosis altas o cuando se combinan con otros medicamentos. No deben usarse sin receta y sin supervisión de un médico. Las recetas no deben administrarse fuera de sus usos autorizados, excepto en el marco de un ensayo clínico o protocolos acordados a nivel nacional”.
Asimismo, advirtió que la cloroquina y la hidroxicloroquina “son medicamentos vitales para pacientes con enfermedades autoinmunes como el lupus”, por lo que es vital que “puedan obtenerlos y no enfrenten la escasez causada por el almacenamiento o el uso fuera de las indicaciones autorizadas”.
La agencia agregó que está analizando con sus desarrolladores una decena de posibles vacunas contra el COVID-19. “Dos de ellas ya han entrado en ensayos clínicos de fase I”, recordó, en alusión a pruebas realizadas en Estados Unidos y China.
La entidad “continuará interactuando con los desarrolladores de posibles tratamientos y vacunas para permitir que medicamentos prometedores lleguen a los pacientes lo antes posible, inicialmente en el entorno de ensayos clínicos y eventualmente en el mercado”, finalizó.