Skip to main content
  1. Casa
  2. Tendencias
  3. News

Estudio del MIT resalta importancia de entender bien la IA

¿Quién es el autor de una obra creada con inteligencia artificial? Esta pregunta ha servido como base para investigar cómo las personas perciben la inteligencia artificial, si como un agente creador de arte o una herramienta de software, y cómo el lenguaje utilizado para hablar sobre la inteligencia artificial puede hacer cambiar esa percepción.

La investigación, elaborada por el investigador del MIT Ziv Epstein, no trata de responder a la cuestión que da título al estudio relacionada con la creación de arte, sino que ha valido para comprobar las consecuencias de tener un entendimiento erróneo de esta tecnología. Y pone como ejemplo la subasta de arte de Christie’s en la que se vendió un retrato generado por un algoritmo de aprendizaje automático (ML) por $432,500 dólares. ¿Por qué el precio de salida del cuadro, llamado Edmond De Belamy, de $10,000 dólares, se multiplicó por 40? El uso de un lenguaje antropomórfico que calificaba de autónoma y creadora a la IA, exponen los investigadores.

Recommended Videos

Christie’s lo vendió a los medios de comunicación como “el primer retrato generado por un algoritmo que se subastó». Sin embargo, aunque “la IA desempeñó su papel para generar la obra de arte, Edmond de Belamy nunca se habría producido sin la ayuda de los humanos. Fue el colectivo de arte parisino Obvious quien seleccionó, imprimió, comercializó y vendió la imagen; pero la participación humana no se detuvo ahí”, explica el estudio.

ro bot Pepper
Alex Knight / Pexels

El estudio plantea que un lenguaje antropomórfico de la IA puede afectar a la confianza y a las atribuciones de responsabilidad. Por ejemplo, en un accidente de un auto convencional y uno autónomo “antropomorfizado con voz y nombre humanos”. Esta atribución de características humanas aumentó la confianza en ese coche. O “cuando el sistema de IA causa una transgresión moral, puede ser que el programador o el arquitecto de sistemas pueda evitar la responsabilidad personal culpando al comportamiento inesperado del sistema, minimizando su propia implicación”.

Debemos ser cuidadosos cuando hablamos de la IA

A través de una versión ficticia de la subasta de Edmond De Belamy, Epstein y su equipo realizaron pruebas con cientos de personas para comprobar lo importante que son las palabras para influir en la visión más o menos antropomórfica de la IA. «Los participantes que antropomorfizaron la IA asignaron menos autoría al artista», precisan los científicos, quienes concluyen que «la forma en que hablamos de las cosas tiene consecuencias tanto materiales como morales».

Para Epstein esto es un problema tanto de complejidad como de analfabestismo, según comentó a ZDNet. “Mucha gente no entiende qué son estas tecnologías porque no han sido capacitadas en ellas. La alfabetización mediática y la tecnológica juegan un papel increíblemente poderoso en la educación del público sobre qué son exactamente estas tecnologías y cómo funcionan». Es más, él mismo reconoce que estudia la IA y “siento que ni siquiera sé qué es la inteligencia artificial”.

La solución para ello, en palabras de Epstein, pasa por “permitir que todos trabajen con programas de inteligencia artificial, para tener una idea de lo que son”.

Marta Villalba
Marta Villalba, periodista madrileña, se inició en el periodismo tecnológico cuando todavía no existía Google y los…
Topics
¿Una IA para ricos y otra para pobres? La realidad de la desigualdad digital
IA para ricos y otra para pobres. La realidad de la desigualdad digital ChatGPT

La inteligencia artificial (IA) está transformando nuestra manera de trabajar, comunicarnos y entretenernos. Sin embargo, también está comenzando a revelar una preocupante división de clases en el acceso a esta tecnología. Aunque muchas plataformas ofrecen versiones gratuitas de sus modelos de IA, las más potentes están reservadas para quienes pueden pagar sus elevados precios. Esto está creando dos mundos paralelos: una IA para ricos y otra para pobres.
La brecha creciente
Un ejemplo claro de esta división es ChatGPT. OpenAI ofrece varias versiones de su modelo, que van desde la gratuita hasta la premium: ChatGPT Pro, con un costo de 200 dólares al mes. Este plan exclusivo incluye acceso ilimitado a los modelos más avanzados, interacciones de voz avanzadas y generación de imágenes sin restricciones. En comparación, la versión gratuita ofrece funciones limitadas que pueden ser suficientes para un uso ocasional, pero que no compiten con las capacidades que los usuarios de pago disfrutan.

Para algunos, 200 dólares al mes pueden parecer un precio desorbitado, pero para quienes dependen de la IA en su trabajo diario, esta inversión puede ser altamente rentable. Por ejemplo, en el área de programación, los desarrolladores pueden ahorrar horas de trabajo en tareas repetitivas, permitiéndoles centrarse en problemas más complejos y creativos.
¿Está la IA creando una división de clases?
Alberto Romero, autor en The Algorithmic Bridge (vía Xataka), advierte sobre una potencial brecha que podría surgir a medida que las empresas ofrezcan sus modelos más avanzados exclusivamente a quienes puedan pagarlos. En este escenario, los usuarios con menos recursos quedarían relegados a versiones desactualizadas o limitadas, lo que podría afectar su productividad y competitividad en el mercado laboral.

Leer más
Esto pienso de la IA después de una semana usando ChatGPT y Copilot para trabajar
ChatGPT: cómo usar el chatbot del que todo el mundo habla.

Prácticamente llevo todo el año escuchando que la inteligencia artificial va a revolucionar todos los campos del quehacer humano. Soy un entusiasta de la tecnología, pero después de tantos años viendo avances tecnológicos sé que hay mucho de marketing en esta industria. Y no soy el único que lo cree así. Bueno, después de probar principalmente ChatGPT para escribir algunos artículos del tema y hallar que el chatbot de OpenAI es bastante bueno para practicar mi inglés, decidí probarlo junto con Copilot (el asistente de inteligencia artificial de Microsoft integrado a Windows 11) para ver qué tanto podían ayudarme estas herramientas en mi trabajo del día a día: es decir, escribir los artículos que lees aquí. Así que trabajé una semana entera usando IA y esto fue lo que pasó.
Caso 1: pedirle una imagen a Copilot
Empecé con lo que me pareció más sencillo, pedirle a Copilot que creara una ilustración de portada para la comparativa que hice entre YouTube Music y Spotify.

Copilot funciona igual que otros chatbots de IA, es casi un chat de WhatsApp en el que le pides a la inteligencia artificial que realice algo. Primero le pedí que creara una imagen para un artículo sobre las diferencias entre YouTube Music y Spotify. El primer resultado fue muy deficiente:

Leer más
La IA suma otro problemón: genera (y generará) un montón de basura
una cuarto de servidores

El desarrollo de más y más aplicaciones de inteligencia artificial también va a generar un crecimiento exponencial de la basura electrónica, residuos que típicamente están cargados de metales tóxicos y que suelen acabar en tiraderos en países con regulaciones laxas, advierte un estudio publicado en Nature Computational Science.

Según los expertos, si no se toman medidas para atenuar la cantidad de basura electrónica producida por los sistemas de inteligencia artificial, podríamos llegar a la década del 2030 con unas 2,500 millones de toneladas anuales de residuos, un incremento cercano al 1000% respecto a las 2,600 toneladas reportadas en 2023.

Leer más