Un equipo internacional de paleontólogos realizó un increíble hallazgo al descubrir en un pedazo de ámbar analizado en Birmania, unos espermatozoides fosilizados en un pequeño crustáceo que tendría cien millones de años. Se trataría de los más antiguos encontrados hasta ahora.
El equipo de investigadores estuvo dirigido por el doctor He Wang de la Academia China de Ciencias y los resultados fueron publicados este miércoles en la revista Proceedings of the Royal Society B.
El ejemplar al que pertenecen los espermatozoides es un ostrácodo llamado por los científicos Myanmarcypris hui, una especie que mide menos de un milímetro y que existe desde hace 500 millones de años. Hoy es posible encontrarlo en ríos, océanos y lagos.
Los espermatozoides fueron hallados dentro de un ejemplar hembra, por lo que se piensa que tuvo que ser fecundada antes de verse atrapada en el ámbar.
Otra de las particularidades de este descubrimiento, es que estos espermatozoides son considerados como gigantes, ya que podían medir cuatro veces más que el macho progenitor.
“Esto equivaldría a (un espermatozoide) de 7,30 metros en un hombre de 1,70 metros, es decir, ¡hace falta mucha energía para producirlos!”, señaló a la agencia AFP, Renate Matzke-Karasz, de la universidad Ludwig-Maximilians de Múnich, que es la coautora del estudio.
Especie de excepción
Los investigadores señalan además que se trataría de una especie de excepción, ya que todos los machos, incluido el hombre, producen decenas de millones de espermatozoides minúsculos. Sin embargo, este ostrácodo prefiere la calidad de sus espermatozoides por sobre la cantidad.
Al mismo tiempo, afirman que no es común hallar espermatozoides fosilizados, y anteriormente, el esperma de ostrácodo más antiguo tenía 17 millones de años. Mientras que la edad récord anterior la poseía un gusano y era de 50 millones de años.
Los investigadores suponen que el hecho de que los animales hayan desarrollado espermatozoides gigantes hace cien millones de años, significa que esta estrategia reproductiva podría tener éxito a muy largo plazo.
“Ese es un récord bastante impresionante para un rasgo que requiere una inversión considerable tanto de los machos como de las hembras de la especie. Desde un punto de vista evolutivo, la reproducción sexual con la ayuda de espermatozoides gigantes debe de ser, por tanto, una estrategia completamente rentable”, añade Matzke-Karasz.