Facebook fue creado para ser tan adictivo y dañino como el tabaco.
Así lo aseguró Tim Kendall, un exdirector de monetización de la compañía, ante el Subcomité de Comercio y Protección al Consumidor de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Todo, en un testimonio revelado este 24 de septiembre por Business Insider.
Kendall —que también lanza críticas a Facebook en el documental El dilema de las redes sociales de Netflix— acusó a la empresa de construir algoritmos que han facilitado la difusión de información errónea, alentando la retórica divisiva y sentando las bases para una “crisis de salud mental”.
“Los servicios de redes sociales que yo y otros hemos construido durante los últimos 15 años han servido para destrozar a la gente con una velocidad e intensidad alarmantes. A lo menos, hemos erosionado nuestro entendimiento colectivo. En el peor de los casos, me temo que nos estamos esforzando para llegar al borde de una guerra civil”, apuntó.
Kendall, que ahora es director ejecutivo de la aplicación de gestión del tiempo ante las pantallas Moment, se unió a Facebook como su primer director de monetización en 2006 y permaneció en el cargo hasta 2010.
Aseguró que inicialmente pensó que su función implicaría equilibrar los ingresos de Facebook con el bienestar de sus usuarios, pero se dio cuenta que la red social estaba interesado en las ganancias por encima de todo.
“Buscamos atraer tanta atención como era humanamente posible y convertir eso en ganancias históricas y sin precedentes. El algoritmo de Facebook recompensa el contenido impactante y la retórica divisiva para evocar respuestas emocionales extremas en los usuarios con el fin de mantener su atención y generar más ingresos publicitarios”, dijo Kendall a los legisladores.
“Estos algoritmos han sacado lo peor de nosotros. Literalmente han reconfigurado nuestros cerebros para que estemos separados de la realidad y sumergidos en el tribalismo”, señaló.
Kendall no es el primer exempleado que expresa su preocupación sobre la capacidad de la plataforma para sembrar división. Un ingeniero de Facebook renunció en agosto de 2020, acusando a la compañía de “sacar provecho del odio”.