Usan células humanas como tinta y están programadas para construir tejidos y órganos humanos.
Las bioimpresoras 3D ya son una realidad en algunos países e incluso pueden ocuparse para crear partes del cuerpo, a la medida, en las cirugías de transplante.
También existen bioimpresoras que crean nuevos tejidos para reparar lesiones. Pero estos equipos suelen ser demasiado grandes y solo permiten su uso en heridas externas.
Pero el profesor Tao Xu, que trabaja en la Universidad Tsinghua de China, se propuso vencer esa limitante, informó New Atlas.
En colaboración con el estudiante de doctorado Wenxiang Zhao, desarrolló un prototipo de robot, con forma de serpiente, que puede insertarse endoscópicamente en el estómago de un paciente.
Se trata de un robot del tipo delta, conformado por dos bases unidas por tres cadenas cinemáticas o brazos que se mueven independientemente.
El robot se enangosta en el momento de la introducción en el paciente y luego se abre al llegar al sitio de la herida estomacal.
Una vez adentro, los brazos del robot conducen un tubo con dos tipos de biotinta de hidrogel: una de ellas contiene células epiteliales gástricas humanas y la otra posee células del músculo liso gástrico humano. Estas biotintas se depositan en dos capas separadas, formando una capa que cubre la herida.
“Probamos el sistema de dos formas. Primero, imitamos el proceso de inserción e impresión con un modelo biológico de estómago humano y un endoscopio En segundo lugar, llevamos a cabo una prueba en una placa de cultivo celular para conocer la eficacia del dispositivo. Un cultivo celular de 10 días mostró que las células impresas manifestaron una alta viabilidad y una proliferación constante, lo que indicó una buena función biológica de las células en las capas de tejido impreso”, destacó el profesor Tao Xu.
Xu estima que aún queda trabajo por hacer, como miniaturizar aún más la plataforma de impresión del robot y refinar las tintas biológicas.