Un estudio publicado por JAMA Pediatrics vendría a confirmar un temor latente entre los investigadores: los niños menores de cinco años serían unos potentes vectores de contagio del coronavirus, portando una carga vírica muy superior al resto de la población. En concreto, el estudio destaca que los menores de la citada edad portaban entre diez y cien veces más nivel de material genético de la COVID-19 en sus narices que los menores de más edad y que los adultos.
Esta alta capacidad de contagio de este segmento de la población podría explicar por qué en determinados países se están reproduciendo rebrotes de la enfermedad, ya que en algunos países —como es el caso de España— ni siquiera tienen la obligación legal de portar una mascarilla. Este jarro de agua fría llega además cuando faltan apenas unas semanas para que colegios y guarderías en determinados países podrían retomar su actividad y se teme que los contagios se disparen si finalmente se reabren en el próximo curso.
Los investigadores han llevado a cabo este estudio entre el 23 de marzo y el 27 de abril y mediante el análisis de muestras de hisopos nasales entre 145 pacientes de Chicago. En concreto, las muestras fueron tomadas a enfermos con síntomas leves o moderados de la enfermedad y dentro de la primera semana en la que aparecieron los síntomas.
Los investigadores dividieron a los pacientes en tres grupos diferentes en función de su edad: menores de cinco años, entre cinco y diecisiete años y adultos entre dieciocho y sesenta y cinco años. Y los resultados del estudio fueron abrumadores: la cantidad de SARS-CoV-2 entre el primer grupo era entre 10 y 100 superior en los análisis efectuados en el tracto respiratorio superior.
Este estudio demostraría que los más pequeños serían unos importantes vectores de contagio de la enfermedad pero en su mayoría con síntomas muy leves o asintomáticos: “Los niños son portadores de altos niveles de coronavirus: hasta 100 veces más carga viral que un adulto”, se concluye en el informe, según podemos leer en Infobae. Con todo, los responsables del estudio aclaran que no se atribuir a los más pequeños a ciencia cierta esta alta posibilidad de ser portadores ya que no se han llevado a cabo estudios suficientes en este grupo de la población.