Una de las películas que más esperaban los usuarios de Netflix era Don’t Look Up, en particular por el destacado elenco que incluye a Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Meryl Streep, Cate Blanchett y Jonah Hill, entre otros.
Si bien la trama de la cinta no es original (un cometa impactará a la Tierra y Estados Unidos asume la difícil tarea de desviarlo), la incorporación en la historia de elementos del ámbito científico la convierten en una propuesta interesante que invita a reflexionar sobre nuestro planeta.
Una de las grandes diferencias de esta película, en comparación con otras del mismo género, es que les otorga una mayor relevancia a los científicos y astrónomos. Por lo mismo, muchos se han preguntado qué tan ciertos pueden ser algunos de los elementos que aparecen en la historia.
Probabilidad de impacto
De acuerdo con la Agencia Espacial Europea, los cometas son objetos primitivos del sistema solar que se formaron hace unos 4,600 millones de años.
En Don’t Look Up, un cometa de 15 kilómetros se dirige hacia la Tierra. Lleva el nombre de Kate Dibiasky, la astrónoma que lo descubrió. ¿Cuál es la probabilidad de que uno de estos cuerpos caiga en nuestro planeta?
La Oficina de las Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Exterior (UNOOSA) define una categoría de cuerpos espaciales llamados Objetos Cercanos a la Tierra (NEO). Un cometa o un asteroide se considera un NEO cuando se encuentra a unos 50 millones de kilómetros de la órbita de la Tierra.
Hasta diciembre de este año, la NASA ha registrado cerca de 28,000 NEOS desde 1980. De ellos, 117 son cometas y el resto asteroides.
Poco más de 2,200 de estos objetos fueron clasificados como Asteroides Potencialmente Peligrosos, ya que pasaron a unos 4.7 millones de kilómetros de la órbita de la Tierra y tenían un tamaño superior a los 140 metros.
Nadie:
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De acuerdo con la NASA, cada “varios cientos de miles de años” un objeto mayor a un kilómetro podría golpear la Tierra. Por ahora, la agencia explica que “ningún asteroide conocido presenta un riesgo significativo de impacto con la Tierra en los próximos cien años”.
El riesgo más alto corre por cuenta de un asteroide que se llama 2009 FD, que en 2185 tendrá menos de 0.2 por ciento de probabilidades de chocar con nuestro planeta.
Por lo tanto, y según la ciencia, el escenario que plantea Don’t Look Up puede ocurrir, aunque es muy poco probable.
Autoridades incompetentes
Otro de los elementos centrales que deja al descubierto la película dirigida por Adam McKay es la escasa preparación por parte de las autoridades de Estados Unidos ante una amenaza de ese tipo, además de la actitud de desprecio hacia los científicos.
La cinta deja de manifiesto que, ante un problema de esa magnitud, lo que se precisa es que todos los involucrados trabajen en conjunto y que no exista desprecio hacia ningún punto de vista.
Un ejemplo de esto es la actitud negacionista que han tenido algunos gobernantes frente a la gravedad de la pandemia de COVID-19, lo que ha provocado un aumento en el número de los contagios y las muertes, pese a las advertencias desde el mundo científico.
Quizá, el aprendizaje más importante es que no se puede relativizar el papel de la ciencia frente a una emergencia que afecta al mundo entero.
¿Hay algún plan de contingencia?
Los principales organismos aeroespaciales del mundo cuentan con oficinas que constantemente monitorean a los NEOS.
Su trabajo es detectar la presencia de algún objeto relativamente cercano a la Tierra, anticipar su trayectoria y evaluar las consecuencias de un eventual impacto.
En noviembre de este año, la NASA y la ESA lanzaron al espacio la nave DART, que constituye la primera misión que tiene como fin desviar un asteroide.
Su objetivo es chocar con el asteroide Dimorphos y cambiar su rumbo. Si bien se trata de un cuerpo que no representa ninguna amenaza para la Tierra, los encargados de la misión quieren poner a prueba la tecnología y evaluar si algún día podrán usar este método para desviar el trayecto de un asteroide peligroso.
Los científicos también han considerado la utilización de explosivos nucleares, aunque son enfáticos en señalar que este debería ser considerado como el último recurso.
Asteroides “millonarios”
En la película, la actitud del gobierno de Estados Unidos cambia radicalmente cuando se enteran que el cometa Dibiasky es rico en una gran cantidad de recursos y minerales que podrían ser explotados por ellos.
Esto es tan real que asusta. En diciembre, el asteroide Nereus pasó a 3.9 millones de kilómetros de la Tierra. El objeto tiene 330 metros y es considerado uno de los asteroides más rentables, con un valor cercano a los $5,000 millones de dólares en metales preciosos.
Este tipo de objetos suele contener metales como hierro, níquel, platino y oro, los que podrían ser aprovechados para generar combustible para cohetes y edificar ciertas estructuras en el espacio.
Por lo tanto, la idea de explorar uno de estos cuerpos para ver si se pueden extraer sus recursos no parece ser tan descabellada.
Contra el tiempo
Según los expertos, es imposible que en seis meses (periodo propuesto por la película) la humanidad cuente con la tecnología necesaria como para detectar un evento de este tipo y organizar una misión al espacio destinada a detenerlo.
Además, los objetos que no son considerados tan grandes solo pueden ser percibidos cuando se encuentran muy cerca de la Tierra.
Por último, los expertos advierten que recurrir al mismo procedimiento usado en la película para destruir al cometa es muy peligroso, ya que su proximidad con nuestro planeta podría posibilitar que algunos fragmentos de considerable tamaño terminen en la Tierra.
Puedes ver Don’t Look Up en el siguiente enlace: