El Festival Primavera Sound en Barcelona fue la excusa perfecta para hacer un experimento, riesgoso, pero necesario para determinar las condiciones de infección posibles por COVID-19 en un concierto masivo.
El 12 de diciembre la Sala Apolo de la ciudad Condal se prestó para la prueba realizada por la Fundación Lucha contra el Sida y las Enfermedades Infecciosas, del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol (Can Ruti), y los organizadores del recital masivo.
¡Buenas noticias! El estudio PRIMA-CoV que consistía en la asistencia a un concierto realizado bajo una serie de medidas de seguridad confirma que no hubo ningún contagio de COVID-19 entre los asistentes.
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— Primavera Sound (@Primavera_Sound) December 30, 2020
Cómo se realizó el estudio y qué conclusiones obtuvo
Los doctores Josep Maria Llibre y Boris Revollo hicieron dos grupos de personas, uno de 463 individuos que asistieron a la Sala Apolo y otro de 496 que fue un grupo de control que no ingresó al concierto.
La medida consistía en test de antígenos, mascarillas FFP2, control de flujos, pero, en cambio, sin distancia de seguridad o social como se le conoce también en varios lados.
Los resultados fueron sorprendentes, ya que ninguno de los 463 asistentes contrajo COVID-19, en cambio, en el grupo de control que no ingresó, hubo dos casos positivos.
“El estudio permite decir que, si haces una actividad similar, será segura, pero cuanto más te alejes de estas características, mayor es la incertidumbre”, afirmó el doctor Llibre.
En el concierto se podía cantar, bailar y beber en una zona delimitada, así como fumar en un espacio designado. De hecho, los asistentes consideraron que se comportaron con normalidad, según un cuestionario que respondieron al finalizar el evento, aunque los investigadores han admitido que siempre hay un sesgo de comportamiento en este tipo de ensayos.