El Mustang Bullitt del 2019tiene buen rendimiento y solo cuesta un poco más que el Mustang GT.
Ventajas
- Excelente motor
- Tubo de escape
- Buenos amortiguadores MagneRide
- Buenos frenos Brembo
- Cómodos asientos GT
Desventajas
- Asientos opcionales Recaro son muy estrechos
- Cambios descendentes no suenan bien
2018 marca el 50° aniversario de la memorable actuación de Steve McQueen en Bullitt, en la que el propio actor estadounidense hizo gran parte del truco manejando un Mustang verde oscuro de 1968. Desde que la cinta dirigida por Peter Yates ganara el Óscar al Mejor Montaje, Ford había lanzado dos modelos alusivos a la cinta, en 2001 y 2008. En cada caso, la carrocería había lucido en tonos verde oscuro o negro, y había equipado un motor algo más brioso que el del GT Mustang correspondiente al mismo año. Para el Bullitt de 2019, Ford ha apostado todas sus fichas para que la versión del cincuentenario exhiba ingredientes especiales inéditos para cualquier otro Mustang.
El Bullitt obviamente compite con el resto de los modernos integrantes del segmento de los “pony cars”: el Chevrolet Camaro SS y el Dodge Challenger. Eso sí, no lo pongas frente a frente con los modelos de mayores prestaciones, porque no es el Mustang más poderoso que puedes encontrar. En la actual generación, ese honor sigue siendo para el GT350, al menos hasta que llegue el Shelby GT500. El Bullitt ofrece 480 caballos de fuerza (hp) y 420 libras-pie (lb-ft) (569 Nm) de torque gracias a su motor V8 de 5.0 litros, por lo que es comparable con el Challenger T/A 392 (485/475) o el Camaro SS (455/455) pero no con las variantes Hellcat o ZL1.
El valor del Mustang Bullitt comienza en los $47,590 dólares, y puede llegar a los $52,980 dólares si se lo equipas con todos los opcionales.
El caballo más inteligente de Ford
Para la actual temporada, hay solo tres opciones de Bullitt y una de ellas tiene que ver con los asientos. El Bullitt viene de serie con los mismos asientos del Mustang GT tapizados en cuero negro con costuras verdes en contraste. Son muy cómodos, con ocho posiciones, y soporte lumbar, todo ajustable eléctricamente. Para un mayor confort, también son calefaccionados y ventilados.
La alternativa es un conjunto de butacas deportivas Recaro, cuyo costo asciende a los $1,595 dólares. Si eres delgado y planeas llevar tu Bullitt a la pista de carreras, te gustará la opción de la marca alemana. Si, por el contrario, eres de contextura gruesa, es probable que las sientas apretadas y apenas te ofrezcan un soporte lumbar mínimo. En este caso, todo los ajustes (hacia adelante y atrás, arriba y abajo, y el ángulo del respaldo) son manuales, y no hay calefacción o ventilación disponible.
Pasa de 0 a 60 en solo 4.1 segundos, dependiendo de qué tan bueno eres con el embrague.
Con esta información en mente, nuestra sugerencia es probar primero ambas opciones de asientos antes de tomar su decisión. Seguramente, luego experimentarlos con tu propia existencia, llegarás a una preferencia cierta.
Técnicamente hablando, el Bullitt es un cuatro plazas. Sin embargo, el asiento trasero es principalmente referencial, por lo que ni siquiera intentamos volver a subir y sentarnos. Sin embargo, es un buen lugar para poner tu mochila.
El Bullitt ofrece varias opciones de infoentretenimiento para elegir. El estéreo básico es una unidad de nueve bocinas, común en los sistemas de alta gama presente en todos los Mustang. Tiene SYNC 3 con control de voz, Bluetooth, entrada USB, radio AM y FM, radio satelital y soporte para Android Auto y Apple CarPlay. Opcionalmente, puedes elegir el paquete Bullitt electronics por $2,100 dólares y obtendrás el sistema de sonido B&O Play de 12 bocinas con navegación, reproductor de CD y HD Radio. Realmente, la opción de infoentretenimiento es buena. De todos modos, se necesita mucho volumen para escuchar cualquier otra cosa más que el motor.
El Bullitt también viene con un grupo de instrumentos digitales de 12 pulgadas totalmente configurable, con un diseño que cambia cuando se alterna entre los distintos modos de conducción. Muestra las instrucciones de navegación paso a paso, la información de información y entretenimiento y todo lo demás que el automóvil pueda decirte. Incluso, tiene un monitor de fuerza G y una ingeniosa pantalla con la temperatura del aire de entrada, la relación aire-combustible y datos relacionados con la combustión. El Bullitt también viene con un par de indicadores en el tablero para mostrar la presión del aceite, lo cual es práctico y tranquilizador, así como del vacío en el colector de admisión, que es información fundamentalmente inútil pero extrañamente interesante.
Ford ganó puntos por mantener en la consola central controles analógicos para el audio y la climatización interior, aunque también puedes usar la pantalla táctil si así lo prefieres. También hay botones para varias funciones, como los modos de conducción y las luces de emergencia. Un delicado detalle del Bullitt 2019 es la perilla de la palanca de cambio: una bola blanca modelada según el ejemplar original de la película.
La potencia de la vieja escuela
El Mustang Bullitt es sobre todo un automóvil de rendimiento basado en el Mustang GT. La última variedad del fabricante de Michigan monta el mismo propulsor de 5,0 litros del GT, pero se ha mejorado con un sistema de admisión de aire frío, un cuerpo acelerador de 87 mm y un colector de admisión tomado del GT350. Los ingenieros también revisaron el mapeo de control del motor. Gracias a esas modificaciones, obtendrás un golpe de 20 hp sobre los 460 hp del GT. Como el torque se mantiene en 420 lb-pie (569 Nm), por lo que recién encontrarás ese golpe de potencia a por encima de las 7.000 revoluciones por minuto (rpm).
Honestamente, cuando entras al estacionamiento de una tienda, el acelerador suena como si el auto se hubiera arruinado.
Eso es todo respecto de las diferencias de rendimiento con el Mustang GT. Sin embargo, una característica importante de mencionar es el escape activo, que se activa en función de cómo conduces. Suena genial y los ingenieros de Ford nos contaron que le dieron una voz un poco más retumbante al Bullitt, lo cual de seguro te dibujará una sonrisa en la cara.
Asociada al motor V8 del Bullitt, hay una transmisión manual de seis velocidades. Como es justo y necesario, no existe la opción automática. Lo que sí encontramos fue una interesante función de ajuste de revoluciones en cambios descendentes. Cuando dejas caer una marcha, el motor le da al acelerador una pequeña señal por ti. Eso es genial en caminos serpenteantes de montaña y curvas cerradas tomadas a gran velocidad, aunque sería mejor que no lo hiciera cuando recortas marchas para detenerte ante la luz del semáforo. Honestamente, cuando entras al estacionamiento de una tienda, el ruido del acelerador te hace parecer como quien arruinó los sincronizadores de transmisión en un auto nuevo…
Detrás de la transmisión, hay un diferencial Torsen de deslizamiento limitado con un radio final de 3.73, una característica estándar en el Bullitt pero opcional en el Mustang GT. El Bullitt comparte chasis y suspensión con el GT equipado con el paquete opcional de rendimiento 2. También equipa unos frenos delanteros Brembo de seis pistones que funcionan muy bien. Más te vale advertir a tu pasajero antes de pisar el pedal del pie izquierdo.
La única opción de rendimiento disponible en Bullitt son los amortiguadores electromagnéticos MagneRide, que ajustan su tasa de rebote cada pocos milisegundos en respuesta a las distintas condiciones de la carretera. La historia corta es que funcionan admirablemente y hacen una diferencia notable en la gestión del agarre y en mantener estable esta máquina. Avaluada en $1,695 dólares, esta suspensión activa vale la pena el costo adicional.
Equipado con MagneRide, condujimos el Bullitt a través de San Francisco y al sur hacia las montañas de Santa Cruz para llegar a algunos de los caminos más trabados de Bay Area. El automóvil es encantadoramente receptivo y predecible en las curvas, en gran parte gracias a las modificaciones que Ford le introdujo a la suspensión trasera independiente para su línea 2015. La potencia del V8 siempre está disponible, y la modulación del acelerador es precisa con la combinación de inyección convencional y directa de combustible de Ford. Hay mucho caucho Michelin Pilot Sport debajo de esta mole y el sistema MagneRide lo mantiene siempre en contacto con el pavimento.
Los ingenieros de Mustang informaron a Digital Trends que la velocidad máxima del Bullitt es de 163 millas por hora (mph) (262 kilómetros por hora, kph) y que pasa de cero a 60 mph (97 kph) en aproximadamente 4,1 segundos, dependiendo de qué tan bueno seas con el embrague y la palanca de cambios. En cualquier caso, no tuvimos la oportunidad de verificarlo. Uno de los modos de conducción –que revisaremos a continuación- incluye control de lanzamiento, que debería ser de ayuda para cumplir con los tiempos revelados por la fábrica.
El Mustang Bullitt ofrece siete modos de conducción, llamados Comfort, Normal, Sport, Sport +, Track, Drag Racing y Snow/Ice, más una opción completamente personalizable llamada MyMode. Desde la comodidad hasta la pista, puedes elegir el nivel de respuesta que deseas sentir en la dirección. Descubrimos que los normales y deportivos funcionan bien para la conducción en las colinas. La mayor diferencia viene naturalmente con el modo Snow/Ice, que limita drásticamente el par disponible del motor.
Con la conciencia tranquila
El Bullitt ofrece todo el equipo de seguridad pasiva y activa estándar disponible en el Mustang normal. El monitoreo de punto ciego viene con el paquete de componentes electrónicos opcionales. La economía de combustible fue cifrada por la EPA en 15 millas por galón (6.4 kilómetros por litro, kpl) en ciudad y 25 mpg (10.6 kpl) en carretera. El Mustang Bullitt goza de la garantía estándar de Ford: tres años o 36 mil millas (60 mil km), y cinco años o 60 mil millas (100 mil km) para la transmisión.
Nuestra configuración ideal
Con solo tres opciones disponibles, configurar el Mustang Bullitt 2019 no es muy difícil. Primero que todo, el auto tiene que ser verde. Ford lo tiene también en negro porque los clientes lo pidieron, pero nosotros preferimos el mismo tono de la unidad que inmortalizó el teniente Frank Bullitt en las calles del centro de San Francisco, en una de las persecuciones automovilísticas mejor logradas del cine clásico.
En las opciones: sí a la suspensión MagneRide, no a las butacas asientos Recaro. ¿Paquete de electrónica? Tal vez. Si lo llevamos, pagamos $51,385 dólares. Si no, desembolsamos $49,285 dólares. En ese rango de precios, parece una nimiedad.
Evaluación final
Durante el lanzamiento del automóvil, los ingenieros y los encargados comerciales de Ford insistieron en que el Bullitt no está destinado a ser un vehículo de carreras. Es cierto que tiene modo Track (Pista), pero esa no es su razón de ser. El Mustang Bullitt es un “hot rod” para la calle y el campo. Es un verdadero homenaje a Steve McQueen.
Solo a modo de comparación: si configuraras un Mustang GT básico con todas las opciones de rendimiento disponibles, podrías obtener el desempeño del Bullitt (menos 20 hp) por $44,245 dólares. Claro que ese teórico ejemplar vendría con asientos de tela y una radio básica, pero con la suspensión MagneRide, los frenos Brembo, el paquete de rendimiento 2 y el diferencial torsen. Si te fabricaras un GT con el equipamiento del Bullitt (incluidos los asientos de cuero, la navegación y el sistema de sonido mejorado), gastarías $49,340 dólares. Con los asientos Recaro, el presupuesto aumenta a $50,935 dólares. Lo interesante es que si optas por todas las mejoras, el Mustang Bullitt es muy conveniente. No olvides, por lo tanto, que si quieres un auto de carreras, es mejor que comiences con un GT, seleccionas tus opciones y ahorres unos pocos dólares.
La conclusión es que el 2019 Mustang Bullitt es un buen muscle car clásico con un manejo moderno. Es una delicia de conducir y realmente podemos afirmar que los ingenieros desgastaron más que unos pocos lápices y terminaron creando un carro perfecto. Incluso si no eres un fanático de la película, el exterior liso sin distintivos en verde oscuro hace del Bullitt un regalo para los ojos, mientras que el equipo de rendimiento hace que sea un agrado sentarse frente al volante.