A finales de noviembre, Joe Phaahla, ministro de Salud de Sudáfrica, anunció que una nueva variante de SARS-CoV-2 había sido identificada, la cual finalmente recibió el nombre de ómicron.
En ese momento surgieron algunas teorías sobre su origen, pero Tulio De Oliveira, el científico sudafricano que fue el primero en alertar sobre la existencia de la mutación, entregó la respuesta más “plausible”.
De Oliveira cree que la variante probablemente fue incubada en el cuerpo de una persona con un sistema inmunológico afectado por el VIH u otra condición inmunocomprometida capaz de causar una infección prolongada por coronavirus.
Según informa Los Angeles Times, el bioinformático Tulio De Oliveira ha estado al pendiente durante mucho tiempo del inicio de la propagación de nuevas mutaciones en Sudáfrica, donde un gran porcentaje de la población joven tiene VIH no controlado y muchos no están vacunados.
En junio de este año, De Oliveira y sus colegas realizaron un estudio que se centró en una única paciente sudafricana con VIH, la cual siguió dando positivo por COVID-19 durante 216 días. En ese periodo, los científicos detectaron un total de 13 mutaciones únicas en el virus a partir de sus muestras.
Aunque la paciente fue hospitalizada poco después de su prueba inicial positiva, nunca se enfermó gravemente por el coronavirus, y cuando sus medicamentos antirretrovirales fueron reemplazados aproximadamente a los seis meses del estudio, eliminó su infección por coronavirus y logró controlar su VIH en pocas semanas.
Sin embargo, el estudio continuo de las muestras biológicas de la paciente reveló un total de 30 cambios genéticos en el SARS-CoV-2, que incluyen algunos que podrían afectar la respuesta del virus a las vacunas o tratamientos. Ahora, a De Oliveira le preocupa que un escenario similar haya dado lugar a ómicron.
El estudio de junio, que fue pasado por alto en Occidente, sugiere que si bien las personas con VIH o sida no tienen un riesgo mayor de padecer una enfermedad grave que otras personas inmunodeprimidas, en situaciones como la de Sudáfrica —donde gran parte de la población desconoce que es VIH positiva o no están controlados— sí pueden albergan mutaciones y variantes, ya que el virus puede sobrevivir más tiempo en sus cuerpos a causa de su sistema inmunológico debilitado.