De acuerdo con un modelo elaborado por la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia, cerca de 103 millones de personas se contagiaron de COVID-19 en Estados Unidos durante 2020.
Esto constituye 31 por ciento de la población de aquel país. Dicho de otra manera, uno de cada tres estadounidense se contagió, lo que supera las cifras oficiales, que indican 38 millones de casos positivos hasta la fecha.
La investigación recopiló datos de casos confirmados de COVID-19 en 3,142 condados de Estados Unidos y simuló la transmisión en todo el país hasta el 31 de diciembre de 2020.
“La gran mayoría de los infectados no se contabilizan en el número de casos confirmados”, explica Jeffrey Shaman, uno de los investigadores del estudio.
“Son estos casos no documentados, que suelen ser infecciones leves o asintomáticas, los que permiten que el virus se propague rápidamente entre la población en general”.
De esta forma, los casos confirmados apenas representan 22 por ciento del número total de contagios.
Esta cifra sería similar a la estimación realizada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que afirma que se han notificado menos de la cuarta parte de todas las infecciones por SARS-CoV-2 en Estados Unidos.
Pese a esta alta tasa de infección, los investigadores aseguran que 2021 ofrece un panorama totalmente diferente para la pandemia. Para esto, la aplicación de las vacunas desempeñaría un rol determinante.
Los expertos piensan que el hecho de que la vacuna de Pfizer haya recibido la aprobación total por parte de la FDA podría incentivar a que más personas se vacunen.