En México se detectó y confirmó el primer caso de la variante india de COVID-19. Se trata de un hombre del estado de San Luis Potosí, de 40 años, y que habría estado en contacto con personas provenientes de Estados Unidos.
Las autoridades estatales indicaron que la persona ya está aislada y bajo observación, y que además estuvo hospitalizado a causa de una neumonía; los primeros síntomas los sintió a comienzos de abril. Pese a la alerta, las autoridades mexicanas no creen que la detección de la variante denominada B.1.617 represente una preocupación mayor a la ya existente.
Según la Secretaría de Salud del país, la OMS indicó que la variante proveniente de India es “de interés, pero no de preocupación”. Y que si bien se trata de una cepa que está en monitoreo y alerta constante, el aumento de contagios en el país asiático se debe a otros factores, principalmente a la sobrepoblación y las condiciones sanitarias de los hospitales. De cualquier manera, el llamado de las autoridades mexicanas es mantener el cuidado y vacunarse apenas sea posible.
Esto ocurre mientras en India se viviendo horas críticas debido a la expansión del coronavirus por el país. Ciudades se han visto cubiertas por columnas de humo emanadas de cremaciones masivas, mientras que los contagios diarios han llegado a contarse en 350,000 y los fallecidos, por más de 2,000.
De cualquier manera, la variante india de COVID-19 es hasta ahora considerada por la OMS como una “variante de interés”, en un escalón por debajo de variantes como la de Reino Unido, California o Brasil, que están consideradas como “variantes preocupantes”. Asimismo, la vacuna desarrollada en India, llamada Covaxin, es efectiva contra esta variante (y también contra la brasileña), de acuerdo a los primeros estudios llevados a cabo.