La NASA desarrolla una sonda interestelar que podrá viajar más allá de lo que recorrieron las gemelas Voyager, que salieron al espacio interestelar por sobre la heliosfera.
Si bien ambas sondas continúan enviando información relevante, su tecnología es considerada limitada y atrasada.
Por lo mismo, la NASA comienza a idear una nueva misión que lleve instrumentos más avanzados y a una distancia mayor.
La misión tiene el nombre tentativo de Interestellar Probe, podría lanzarse a principios de 2030 y tardaría cerca de quince años en alcanzar el límite de la heliosfera.
El viaje sería más rápido que el de las Voyager y su vida útil también será más extensa: se estima que la sonda podrá estar activa durante 50 años o más.
Esto le permitirá llegar a unas 1,000 unidades astronómicas del Sol (es decir, mil veces la distancia que hay entre la Tierra y nuestra estrella), lo que también se traduce en 150,000 millones de kilómetros, 10 veces más lejos que las Voyager.
“La nave visitará el espacio interestelar local desconocido, donde la humanidad nunca ha llegado”, explica Elena Provornikova, líder de heliofísica de la sonda interestelar del Laboratorio de Física Aplicada (APL) de Johns Hopkins en Maryland.
“Por primera vez podremos tomar una fotografía de nuestra vasta heliosfera desde el exterior para ver a nuestro hogar en el Sistema Solar”.
Con esta misión, los científicos esperan aprender más acerca de cómo el Sol interactúa con la Vía Láctea. Esto podría “ofrecer pistas sobre cómo otras estrellas de la galaxia interactúan con sus vecindarios interestelares”.