El SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, ha infectado al menos a 7.8 millones de personas en Estados Unidos y a 38 millones en todo el mundo. Además ha provocado más de un millón de muertes en todo el planeta.
Este número podría continuar aumentando si se escuchan las recomendaciones de la Declaración de Great Barrington, un documento que pide a los países abandonar las medidas actuales de confinamiento y distanciamiento social para centrarse en una estrategia de inmunidad de rebaño.
Así lo dieron a conocer 14 instituciones de salud pública de Estados Unidos en una carta publicada en el sitio de la American Public Health Association.
Hay que decir que la Declaración de Great Barrington fue firmada por miles de expertos en enfermedades infecciosas y científicos de salud pública de todo el planeta, y apoyada por eminencias de la epidemiología de la universidades de Harvard, Oxford y Stanford.
En la declaración expresan su preocupación por los impactos en la salud física y mental de las políticas que predominan en relación al COVID-19. El documento recomienda un abordaje que llaman Protección Focalizada.
“La manera más humana de abordarlo, midiendo los riesgos y los beneficios de alcanzar la inmunidad de rebaño, es la de permitirle a aquellos que están bajo un mínimo riesgo de muerte, vivir sus vidas con normalidad para alcanzar la inmunidad al virus a través de la infección natural, mientras se protege mejor a aquellos que se encuentran en mayor riesgo”, asegura el documento.
Pero los expertos estadounidenses tienen una opinión diametralmente diferente.
“Si se siguen, las recomendaciones de la Declaración de Great Barrington se sacrificarían vidas de manera fortuita e innecesaria. La declaración no es una estrategia, es una declaración política. Ignora una sólida experiencia en salud pública. Se alimenta de una población frustrada. En lugar de vender falsas esperanzas que previsiblemente serán contraproducentes, debemos centrarnos en cómo manejar esta pandemia de una manera segura, responsable y equitativa”, destaca el comunicado de los expertos en salud pública de Estados Unidos.
Agregan que las sugerencias presentadas por la Declaración de Great Barrington no se basan en la ciencia.