Los largos tiempos de carga siguen siendo una de los principales inconvenientes de los vehículos eléctricos. Por eso es que, en alianza con General Motors, Delta Electronics ha desarrollado un nuevo sistema capaz de otorgarle 180 millas de alcance adicional al carro en solo 10 minutos.
La estación de carga usaría transformadores de estado sólido (SST) y opera a un nivel mucho más alto que las estaciones de carga actuales. Su potencia es de 400 kilovatios (kWh), frente a los 120 kW que, por ejemplo, ofrecen las Supercharger de Tesla.
Delta también afirmó que su sistema es 3.5 por ciento más eficiente en la transmisión de electricidad de la red a un automóvil, llegando a 96.5 por ciento.
De momento, se trata únicamente de un proyecto de investigación, aunque la firma espera darle viabilidad comercial y tener un prototipo listo para 2020. Será la coronación de tres años de desarrollo y una inversión de siete millones de dólares, que fue posible gracias al respaldo de firmas como GM, DTE Energy, CPES Virginia Tech, NextEnergy, la Agencia de Energía de Michigan y la Oficina de Sustentabilidad de la Ciudad de Detroit.
Estaciones más potentes pueden hacer más fácil la vida de los conductores, al permitir cargas más rápidas. También son una respuesta de futuro al aumento del tamaño de los paquetes de baterías, que podría terminar derivando en tiempos de recarga más largos.
Para aumentar en la autonomía de los eléctricos, la industria ha ocupado paquetes notablemente más grandes. Por ejemplo, el Nissan Leaf 2011 equipaba baterías de 24 kWh, pero cinco años después se agradó a 30 kWh. Para la segunda y actual generación, la capacidad escogida por el gigante japonés ha sido de 40 kWh.
Con un rango de 150 millas (241 kilómetros) certificado por la EPA, el Leaf es superado en popularidad con Chevrolet Bolt EV, Tesla Model 3 o el flamante Hyundai Kona EV. Por dicha razón, Nissan ya está trabajando en una versión de mayor alcance con la fórmula ya conocida: baterías aún más grandes.