«El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos…» dice una antigua canción. Sin importar la edad que uno tenga, ¿quién no ha tenido en algún momento la fantasía de retroceder, o por lo menos detener el reloj en nuestro proceso personal de envejecimiento para vernos y sentirnos más jóvenes?
Gracias a los investigadores del Instituto Salk para Estudios Biológicos, esa fantasía podría transformarse en una realidad.
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En un experimento, los científicos de Salk fueron capaces de rejuvenecer ratones que padecían de progeria, una enfermedad prematura de la de envejecimiento, a través de un proceso de reprogramación celular. Esto implicó la conversión de células regulares en células madre pluripotentes inducidas, las cuales son capaces de dividirse y transformarse indefinidamente en cualquier tipo celular presente en el cuerpo.
Cuando se examinaron las células reprogramadas, se encontró que exhibían una inversión de múltiples marcas asociadas con el envejecimiento. A diferencia de otros estudios que han utilizado técnicas similares, en este caso, las células de envejecimiento inverso mantuvieron también la identidad de las células de la piel.
Como resultado del trabajo, los científicos informan que los ratones parecían más jóvenes y habían mejorado la función cardiovascular y de otros órganos. Los investigadores sugieren que el descubrimiento también podría ser utilizado para ayudar a los seres humanos.
«El objetivo principal de nuestro laboratorio es mejorar la salud humana, proporcionándole años más saludables», dijo s Digital Trends el Dr. Alejandro Ocampo, uno de los investigadores del proyecto. «Nos gustaría que la gente llegue a los noventa o cien años, pero que sean saludables durante la duración de su vida, y no sufran los síntomas del envejecimiento. Sin embargo, también entendemos que si somos capaces de mejorar la salud, en algún momento la vida también se extenderá. En los experimentos que hicimos con ratones, vimos un aumento en la vida promedio, y un incremento del 30 por ciento en la máxima duración de vida».
Todavía resta mucho por hacer, pero este trabajo ciertamente representa un avance potencialmente transformador, incluso si los ensayos humanos siguen siendo hipotéticos por ahora.
«Hay aspectos de las maneras en que la sociedad manejan algunas cosas que tendrían que cambiar si esto llegara a ser una realidad», continuó Ocampo. «Por ejemplo, podría ser que los años de trabajo de las personas tuvieran que ser extendidos. Todo esto requerirá grandes cambios socioeconómicos. Pero nosotros somos sólo científicos; las implicaciones que esto podría tener están más allá de nuestras discusiones».
Lo que no está más allá de la discusión es su opinión sobre cuándo las pruebas humanas podrían concebiblemente ser llevadas a cabo. «Creo que veremos parte de este trabajo aplicándose en los próximos 10 años», señaló. «No sé si eso será con el objetivo de la extensión de la vida, pero sin duda para frenar algunos de los síntomas del envejecimiento».