La sarcopenia o pérdida de masa muscular es una enfermedad que afecta a más de 50 millones de personas en todo el mundo —especialmente a los mayores de 50 años— y contribuye a la diabetes tipo 2, a la discapacidad física y a la mala calidad de vida.
Por lo tanto, es una condición importante que se debe prevenir durante el envejecimiento.
De acuerdo con Inverse, la mayoría de las investigaciones para tratar la sarcopenia se han centrado en aumentar la ingesta de proteínas, pero muy pocos estudios han investigado la importancia de la vitamina C para evitar la pérdida de masa y función del músculo esquelético.
La publicación cita un análisis realizado por expertos en nutrición de la Universidad de Anglia del Este en Inglaterra.
El estudio demuestra que cuanta más vitamina C consumen los adultos mayores y personas de mediana edad, mayor es su masa muscular esquelética.
“Ya se sabe que la vitamina C juega un papel importante en la salud ósea, pero también puede ayudarnos a mantener músculos fuertes. Esta vitamina solo se encuentra en verduras, papas y frutas. Las personas que no consumen una cantidad suficiente de estos productos en su dieta corren el riesgo de sufrir deficiencia de vitamina C, que puede causar debilidad, cansancio y huesos frágiles. En casos extremos, puede provocar escorbuto. Pero antes de que esto ocurra, la ingesta insuficiente de vitamina C en la dieta puede tener otros efectos sobre la salud, incluidos nuestros músculos”, destaca Ailsa Welch, profesora de Epidemiología Nutricional de la universidad y quien investiga los efectos de la nutrición en el envejecimiento.
La experta señala que dos tercios del total de vitamina C de nuestro cuerpo se encuentra en el sistema músculo esquelético.
Esta se utiliza para producir carnitina —una sustancia crucial que proporciona energía para el funcionamiento de los músculos— y colágeno, que es un componente estructural esencial del músculo.
Antioxidante
Además, la vitamina C es un potente antioxidante que puede ayudar a contrarrestar las moléculas de radicales libres, que aumentan con la edad. Sin oposición, estos radicales libres pueden contribuir a la destrucción de las células musculares.
“Nuestro estudio analizó los datos recopilados de más de 13,000 hombres y mujeres de la ciudad de Norfolk, de entre 42 y 82 años. Usamos análisis de impedancia bioeléctrica, que envía pequeñas señales eléctricas a través del cuerpo para calcular el porcentaje de agua y grasa. Así estimamos la proporción del sistema músculo esquelético en el cuerpo”, señala la especialista.
Los participantes también completaron un diario de todo lo que comieron y bebieron durante siete días para que los investigadores pudieran calcular con precisión su ingesta de vitamina C en la dieta.
La vitamina C también se midió directamente en su sangre.
“Descubrimos que las personas de nuestro estudio que consumían la mayor cantidad de vitamina C en su dieta tenían la mayor masa muscular. La mayor diferencia se observó entre las mujeres. Se observó un cuadro similar tanto para los menores de 65 años como para los mayores de 65, lo que indica que es probable que la vitamina C sea importante tanto en la mediana edad como en la vejez”, concluye la investigadora.