Es posible que hayas oído hablar de Zume, la start-up de Silicon Valley que aúna una mezcla equitativa de tecnología, productos de la zona, y algoritmos sofisticados para crear una buena pizza al puro estilo napolitano.
Pero la preparación sólo es una parte de la ecuación y la empresa quería estar segura de que todas las pizzas llegaran calientes y en su punto a los diferentes destinos.
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Por ello, Zume ha lanzado Baked On The Way (BOTW), unos vehículos de reparto patentados que cocinan decenas de pizzas de camino a sus respectivos destinos.
Y es que seguramente que alguna vez te has preguntado… ¿por qué la comida que se entrega a domicilio no sabe tan bien como la que está recién salida del horno en el restaurante? Pues bien, la culpa es del «tiempo de permanencia” o el periodo intermedio que pasa la comida en recipientes de plástico o cartón. «Ese proceso puede conducir a una reducción de la calidad», subraya la Co-Fundadora y Co-CEO de Zume, Julia Collins, a Digital Trends. «Sobretodo cuando pasan 15 minutos», añade.
De manera que cada BOTW comprende un camión de reparto, con un sólo conductor, equipado con un iPad de navegación, y 56 superficies de cocción informatizadas. Las pizzas de esta instalación de distribución de Zume están parcialmente horneadas – cada una se hornea entre 700 y 800 grados durante exactamente 90 segundos, dijo Collins – antes de meterlas de nuevo en el horno. A partir de ahí, la inteligencia artificial empieza a funcionar calculando, gracias al GPS, la distancia hasta el destino y el tiempo de conducción, de manera que cada horno es capaz de encenderse sólo cuando la pizza está cerca del destino final.
En ese momento crucial, el horno adecuado – o hornos, si el pedido es particularmente grande- se enciende, exactamente, tres minutos y medio antes de llegar para completar la cocción. A continuación, entra en un periodo de 30 segundos de enfriamiento y se expulsa la pizza en una de las cajas reciclables de Zume. Después, llega el toque final: una máquina corta la pizza en varias porciones iguales.
Además, estos nuevos vehículos no afectarán al compromiso de Zume con la calidad. La receta de la masa de la compañía seguirá siendo la misma al igual que la selección de los ingredientes que serán de origen local. «Es una vuelta a la elaboración de las pizzas tradicionales,» señala Collins. «Estamos utilizando la tecnología para entregar a la gente la comida de una forma más rápida y mejor”, añade.
Y es que los beneficios son numerosos, ya que el radio de las entregas se ampliará y los camiones BOTW llegarán a aquellos destinos que estén a un máximo de 45 minutos en coche desde la central. Asimismo, una vez que ya esté operativa toda la flota de vehículos BOTW de Zume, la compañía será capaz de hacer y entregar hasta 288 pizzas por hora -más del triple de la capacidad de una franquicia típica-.
Pero, por si fuera poco, las pizzas tendrán el mismo precio que siempre (entre $ 15 y $ 19 dólares) y las entregas serán gratuitas y libres de propinas. Además, los repartidores disfrutarán de las condiciones que Zume ofrece en la actualidad, con salarios por hora -de 17 a 20 dólares-, seguro médico y dental y una participación accionarial.