Todo aquel que haya trabajado en una oficina, sabe que existen rituales y sonidos inigualables que hacen único el espacio de trabajo. Aunque compartamos códigos comunes, cada espacio laboral es diferente, ya que la vida que se genera ahí tiene mucho que ver con los habitantes de sus cubículos.
Sin embargo, hay cosas que podemos consentir como universales: el sonido de las sillas y tecleado de computadoras, el ruido que hace la impresora, el constante barullo y palabras que se entrelazan, esa sensación de respiro que provoca la cafetera o la máquina expendedora de agua o bebidas.
Seguramente lo único que no echarás de menos en tu cuarentena es el grito de los jefes pidiendo cosas «siempre» urgente y para ayer.
Lo cierto es que con todo eso en mente, una agencia creativa llamada Kids Creative Agency creó un sitio web llamado imisstheoffice.eu que entrega ruidos de oficina, para que te sientas en tu lugar de trabajo durante la cuarentena.
¿Cómo funciona esta web?
- Cuando cargue el sitio, presione el botón de reproducción en la esquina inferior izquierda y reproducirá muchos sonidos que son comunes en la mayoría de las oficinas: fragmentos indescifrables de conversación, un ventilador que suena en algún lugar, teléfonos sonando y más.
- También tiene un diseño de oficina en el que puede hacer clic para activar ciertos sonidos. Haga clic en el enfriador de agua, por ejemplo, y escuchará el sonido del agua llenando una taza. Al hacer clic en la impresora, se activan los sonidos familiares de una impresora. Las sillas emiten ruidos como si alguien se hundiera en ellas.
- E incluso puedes activar los sonidos de un partido de ping-pong.
- Otra de las funciones es que puedes colocar el número de colegas que quieres que estén en ese momento, con un mínimo de 5 personas, hasta un máximo de 10.
Una idea bastante cotidiana y que parece paranoica, sin embargo, debo confesar que por un instante se sintió bien escuchar simultáneamente todo ese ruido, quizás desde la soledad del confinamiento, sea lo más cercano a regresar a la oficina y dar esas vueltas eternas antes de sentarse a trabajar.