Las teorías conspirativas son quizás el peor enemigo de la ciencia en estos momentos, toda vez que diversos gobiernos populistas están ocupando esa estrategia para posiblemente desviar la atención del problema grande que está ocasionando el coronavirus.
Lo cierto es que este miércoles 15 de abril en conferencia de prensa, el presidente Donald Trump hizo eco de una extraña teoría: que el COVID-19 salió accidentalmente de un laboratorio chino y que un descuidado funcionario lo propagó a los mercados de Wuhan.
“Cada vez más estamos escuchando la historia”. Y, más adelante, agregó: “Estamos haciendo un examen exhaustivo de esta horrible situación que ocurrió». Cuando se le preguntó a Trump si había planteado el tema en sus conversaciones con el presidente chino, Xi Jinping, el mandamás de EEUU dijo: “No quiero discutir lo que le hablé sobre el laboratorio, simplemente no quiero hablar, es inapropiado en este momento».
Comunidad de Inteligencia revisa la teoría del laboratorio
La Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos, es una federación de 16 agencias individuales del gobierno de Estados Unidos que trabajan conjuntamente en labores de análisis de informes para la realización y regulación de las relaciones exteriores y la seguridad nacional.
Este grupo admitió que está investigando el tema: «Es una posibilidad, aunque no la más probable», dijo un funcionario a NBC News.
Por otro lado, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper dijo sobre el tema que «esto es algo que hemos estado observando de cerca desde hace algún tiempo», y agregó que los resultados de la investigación hasta ahora son «poco concluyentes».
El contraste lo entregó el gobierno chino, ya que el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, dijo este jueves 16 de abril que el jefe de la Organización Mundial de la Salud «repetidamente dijo que no hay evidencia» de que el virus se haya creado en un laboratorio y que «expertos médicos conocidos» creen que «no hay una base científica» para las afirmaciones de «las llamadas fugas de laboratorio».
El último antecedente lo aporta el diario The Washington Post que reveló que hace dos años la embajada de EEUU en Beijing había enviado antecedentes acerca de los peligros de los experimentos que se estaban desarrollando en el Instituto de Virología de Wuhan, donde se apunta como origen.