Escupir en pequeños frascos de plástico. Esta ha sido la rutina que han determinado los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio como una estrategia para frenar los contagios de coronavirus entre los deportistas.
Así, en dos semanas de competencia las muestras de saliva recogidas entre los atletas podrían llegar al medio millón. “Es un montón de saliva”, indica un artículo de la agencia AP.
“Las miles de muestras de escupitajos recogidos se almacenan en tubos y se identifican con un código de barras. Las que obtienen resultados dudosos se someten a otra ronda de pruebas”, agrega la nota.
Estas pruebas son realizadas en un centro llamado Fever Clinic, que también sirve para atender y aislar a las personas infectadas dentro de la llamada burbuja olímpica.
Cuando se identifica o se sospecha una infección de COVID-19, los contactos cercanos también se someten a pruebas para identificar a otras personas que puedan estar enfermas.
“Como se sabe, no toda la gente hará caso y permanecerá aislada. Así que hacer pruebas sobre pruebas es la mejor manera”, señala Takanori Teshima, profesor de la Universidad de Hokkaido.
“Pero esto es posible solo porque se trata de los Juegos Olímpicos. No es realista pensar que este método pueda seguir siendo una rutina”.
Los organizadores también afirman que este método es menos invasivo que el hisopo, ya que no se necesita que se introduzca nada en la nariz.
Además, esta prueba de muestras de saliva es gratis para los competidores y periodistas que cubren los juegos, no así para el público japonés que debe pagar por dicho procedimiento.