Los rayos X se han utilizado durante años para ayudar a diagnosticar las lesiones de los huesos, pero aunque son muy útiles, también tienen sus defectos.
«Algo que puede resultar muy difícil para los médicos es determinar la calidad de los huesos», asegura Thorfinnur Gunnlaugsson, profesor de la Facultad de Química en el Trinity College de Dublín a Digital Trends. «La tecnología de imagen actual no es lo suficientemente sensible para la escala micrométrica», añade.
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Por ello, con la ayuda de investigadores del Royal College of Surgeons, Gunnlaugsson y su equipo han llegado a una solución. Han desarrollado una nueva técnica para escanear huesos en 3D que no sólo tiene la ventaja de no exponer a los pacientes a la radiación de los rayos X, potencialmente dañina, sino que, además, proporciona imágenes en 3D de alta calidad para realizar los diagnósticos necesarios.
El proceso implica añadir compuestos luminiscentes seguros en estructuras de oro diminutas, que luego se bombean en la sangre de un paciente antes de someterse a una exploración. Estos «nanoagentes» iluminan las microfisuras que se forman en los huesos, que a su vez permiten a los investigadores crear imágenes en 3D de las partes dañadas del cuerpo.
Si bien estas microfisuras por lo general se reparan con las capacidades curativas naturales del cuerpo, plantean un problema particular cuando se desarrollan más rápido que la tasa de reparación natural del cuerpo. Esto se traduce en un debilitamiento del hueso y la posibilidad de fracturas por tensión o fragilidad.
«Desde el punto de vista de un médico, puede ser muy útil», dijo Gunnlaugsson. «Podría ser útil en el diagnóstico precoz, mejorando el bienestar, y – a largo plazo – para la prevención de un tratamiento costoso como la cirugía si se puede tratar desde el principio.»
Aunque todavía estamos algo lejos de ver esta nueva tecnología 3D en los hospitales, Gunnlaugsson insiste en que podría ser una herramienta muy útil.
«Creo que sería un buen complemento y no un sustituto de los rayos X, de la misma manera que todavía se utilizan los rayos X, aunque las resonancias magnéticas se han vuelto más populares», añade. «En última instancia, cuantas más plataformas de imagen tengamos a nuestra disposición, más preciso será el diagnóstico”.