Basándose en 172 estudios sobre el comportamiento del virus en entornos comunitarios y médicos, un estudio determinó que dos metros (poco más de seis pies) es la distancia óptima para evitar el contagio por SARS-CoV-2.
«El mensaje más contundente es que las medidas físicas son efectivas para prevenir el COVID-19», manifestó Trish Greenhalgh, académica de la Universidad de Oxford, a Financial Times.
El estudio revisado por pares publicado por The Lancet también estableció que el uso de protección ocular o facial también “reduce significativamente” el peligro de enfermarse.
«Los metanálisis anteriores se basaron principalmente en la prevención de la influenza y otras enfermedades que no se comportan de la misma manera que el virus de que provoca el COVID-19», añadió la especialista.
La investigación determinó que el riesgo de infección con una distancia menor a un metro (alrededor de tres pies) es de 13 por ciento, lo cual se reduce a tres por ciento cuando la separación aumenta.
“Es probable que cada metro adicional de distanciamiento reduzca el riesgo a la mitad y así sucesivamente”, señalaron los responsables del análisis.
Las barreras oculares, incluso cuando se trate de gafas, reducen el riesgo de infección del 16 al seis por ciento, en tanto que los escudos faciales bajan la tasa de infección del 17 al tres por ciento, agregó Financial Times.
El estudio agregó que las mascarillas N95 y FFP2 brindan una “mayor protección” que aquellas quirúrgicas y reutilizables de algodón o gasa, sobre todo en el personal sanitario, que tiene seis veces más probabilidades de infectarse.
«Esto tiene implicaciones para todos los proveedores de atención (de salud) y respalda las llamadas para una mayor producción y acceso equitativo a estos accesorios», enfatizó el autor principal del estudio, Derek Chu.
El también experto en inmunología clínica de la Universidad McMaster, Canadá, se manifestó contrario de recomendar un metro como distanciamiento social. “Es posible que en el futuro debamos considerar dos metros o más», comentó.