Una investigación internacional resolvió una prolongada controversia espacial: por qué la corteza de la Luna está magntizada.
El estudio de la Universidad de Curtin, Australia, y del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) refutó una de las dos teorías que explicaba este fenómeno.
La primera hipótesis indicaba que sería resultado de un antiguo dínamo en el núcleo del satélite. La segunda, que era el resultado de una amplificación del campo magnético interplanetario, creado por el impacto de meteoritos.
«Nuestra investigación desafía la segunda teoría, la magnetización relacionada con el impacto, y esencialmente la desacredita”, enfatizó la Katarina Miljkovic, del Centro de Ciencia y Tecnología Espacial Curtin.
La investigadora explicó que “los plasmas de impacto de meteoritos interactúan mucho más débilmente con la Luna, en comparación con los niveles de magnetización obtenidos de la corteza lunar”.
Dínamo central
De esta forma, los investigadores establecieron que un dínamo central es la única fuente plausible de magnetización de la corteza lunar, una teoría que ya había sido esbozada en 2017 por la NASA.
Las rocas magnetizadas traídas a la Tierra durante las misiones Apolo establecieron que la Luna tuvo una vez un campo magnético, hace aproximadamente unos 3,000 millones de años.
El hallazgo de los investigadores del MIT y la Universidad de Curtin podría tener importantes implicaciones para determinar qué magnetizó la Luna, e incluso otros objetos del Sistema Solar con inexplicables rastros magnetizados.
Además de la Luna, Mercurio, algunos meteoritos y otros pequeños cuerpos planetarios tienen una corteza magnética. “Quizás otros mecanismos de dínamo mecánicos equivalentes, como los que ahora creemos que estaban en funcionamiento en la Luna, podrían haber estado en efecto en estos objetos también», dijo Rona Oran, investigador del MIT.
En 2017, científicos de la NASA habían establecido que el dínamo lunar que impulsó el campo magnético, se produjo debido a la cristalización de un núcleo compuesto por hierro y níquel, además de pequeña cantidad de azufre y carbono.
Actualmente se cree que el núcleo lunar está compuesto por un núcleo interno sólido y externo líquido, conocido por los datos sísmicos de Apolo y otros datos geofísicos y de naves espaciales