¿Qué pasaría si los cráteres de impacto de los meteoritos, considerados durante mucho tiempo como los responsables de la muerte y la extinción masiva de especies, finalmente resultaran ser la cuna y fuente de la vida?
Así lo plantea el científico Gordon Osinski, de la Western University de Canadá, para quien estos cráteres deberían ser considerados como los principales objetivos de exploración por las agencias espaciales, como la estadounidense NASA o la europea ESA, según un estudio publicado en la revista Astrobiology.
De acuerdo con el investigador, estos lugares no solo brindan registros geológicos invaluables posteriores a los impactos, sino que también podrían ser los principales lugares para buscar y encontrar potenciales hábitats para la vida extraterrestre.
“Hay muchas hipótesis sobre dónde comenzó la vida en la Tierra y dónde deberíamos buscar vida en Marte, pero en realidad estamos pasando por alto una fuerza geológica importante y un hábitat clave para comprender el origen de la vida: los impactos de meteoritos y sus cráteres”, afirmó Osinski.
Desarrollado en conjunto con investigadores de las universidades de Edimburgo, Georgetown y del Sur de California, el estudio se basa en el trabajo de campo e investigaciones previas de dos décadas encabezadas por Osinski sobre los impactos de meteoritos.
El científico admite que es lógico que impactos de esta naturaleza sean considerados como eventos destructivos, como el que terminó con los dinosaurios hace 66 millones de años, pero con su teoría busca dar una nueva mirada a esta idea.
“Sí, el impacto es inicialmente destructivo, pero también brinda los componentes básicos para la vida y crea nuevos hábitats. Ellos (los cráteres de impacto) esencialmente crean un oasis para la vida”, asegura.
Tarde para la Tierra, pero…
Osinski y sus colaboradores proponen que dada la naturaleza generalizada de estos eventos y su mayor frecuencia durante los primeros 500 millones de años de la historia del Sistema Solar, los cráteres de impacto pueden representar los sitios más probables del origen de la vida en la Tierra.
Desafortunadamente, admite, nunca lo sabremos realmente. “Debido a miles de millones de años de erosión, tectónica de placas y vulcanismo, hemos perdido la gran mayoría del registro de rocas antiguas en la Tierra. Nunca sabremos exactamente dónde o incluso cuándo se originó la vida en la Tierra”, reconoce el investigador.
Pero probablemente no sea demasiado tarde para Marte.
Al explorar el planeta rojo con rovers, como Perseverance y ExoMars, el investigador cree que los científicos podrían eventualmente descubrir el origen de la vida, siempre y cuando estén mirando en el lugar correcto.
“Hay otros cráteres de impacto en Marte que quizás hubiera sido mejor explorar con estas ideas en mente. Pero Perseverance va a aterrizar en el cráter Jezero y hay evidencia de minerales como las arcillas formadas por la actividad hidrotermal”, detalla el investigador.
A su juicio, se trata de “un buen lugar para comenzar a explorar el papel de los impactos de meteoritos en el origen de la vida, siempre que busquen los hábitats, los nutrientes y los componentes básicos de la vida que describimos en nuestro estudio”.
Hasta la fecha, se han investigado y confirmado 200 cráteres de impacto en la Tierra utilizando trabajo de campo, geofísica, datos satelitales y diversas técnicas de análisis de laboratorio.