El Santo Grial del campo magnético de la Tierra parece estar en estas “fichas” de roca extraídas de Groenlandia. Pueden parecer insignificantes, pero para la geóloga planetaria Claire Nichols bien podrían ser el trabajo de su vida. Para el resto, pero particularmente para la comunidad científica, son la muestra fehaciente de que el campo magnético de la Tierra, ese escudo protector que nos evita de acabar fritos por la radiación solar y que produce el bellísimo fenómeno de las auroras, se produjo hace unos 3,700 millones de años, unos 800 años después de la formación de la Tierra.
Para los científicos el misterio del campo magnético de la Tierra es más una cuestión de cuándo que de cómo. La teoría más aceptada sostiene que la parte exterior del núcleo terrestre está compuesto por metal fundido —principalmente hierro y níquel— girando alrededor de una pelota de hierro, como si fuera el dinamo de una bicicleta. Estudios previos sobre rocas ígneas han calculado que el campo magnético de la Tierra, íntimamente ligado a la formación del núcleo terrestre, surgió hace unos 1,500 o 1,000 millones de años.
Very excited to finally have this labour-of-love released into the world after 6 years in the making at both @eapsMIT and @OxUniEarthSci
If you want to learn more about Earth's magnetic field 3.7 billions years ago, you can read our latest work here: https://t.co/zWqfVgPz4N pic.twitter.com/etnZqAgVOT
— Claire Nichols (@TinySpaceMagnet) April 24, 2024
Por eso la investigación de Nichols, publicada junto a una decena de científicos de distintas universidades, es tan significativa. Aquella rocas cortadas como “fichas” son ricas en magnetita —el material sumamente magnético—, lo que sugiere que atestiguaron un intenso fenómeno magnnético ocurrido hace unos 3,700 años y que bien podría suponer el primer rastro del magnetismo terrestre.
Según los expertos, aquel fenómeno pudo ser un proceso tectónico que provocó una temperatura superior a los 580 grados Celsius que alteró la composición de las rocas, capturando la intensidad del campo magnético.
Los resultados de la investigación han sido publicados en el Journal of Geophysical Research y serían la evidencia que faltaba para resolver una de las partes más cruciales del inicio de la vida en la Tierra, cuando las primeras
Nichols, la autora principal del estudio, cree sin embargo que la Tierra siempre ha generado un campo magnético. Eso explicaría por qué la vida bacteriana pudo surgir hace unos 3,500 millones de años según las evidencias fósiles más aceptadas. No obstante, Nichols se toma sus resultados con cautela. Cree que desde sus inicios, hace 4,500 millones de años, la Tierra ya tenía un campo magnético, cuando su núcleo seguía siendo entéramente líquido.
Comprender cuándo se formó el campo magnético de la Tierra, sin el cual nuestro ADN se destruiría a consecuencia de la radiación solar, es clave para entender la dinámica geológica de la Tierra, incluidos procesos como la tectónica de placas. También ayudaría a entender por qué algunos planetas, como Marte, carecen de un campo magnético. Quizá esta investigación también pueda arrojar una luz sobre por qué el planeta rojo se convirtió en el desierto inhóspito que hoy pretendemos colonizar.