El Día de San Valentín 2046 podría ser memorable por varias razones. No solo podrías recibir una tarjeta de un admirador que nunca supiste que tenías, sino que también podrías presenciar un gran asteroide que se estrelló contra la Tierra y causó una devastación generalizada.
Con suerte, la única entrega que alguien recibirá ese día es una tarjeta, pero los científicos dicen que un asteroide de 49 metros de ancho descubierto la semana pasada se calcula actualmente que tiene una probabilidad de 1 en 625 de golpear nuestro planeta en un par de décadas a partir de ahora.
La roca, llamada 2023 DW, ahora se encuentra en la cima de la Lista de Riesgo de la Agencia Espacial Europea como la única con una calificación de «1» en la escala de Turín, que se utiliza para categorizar el peligro de impacto de los objetos cercanos a la Tierra.
Sin embargo, los expertos dicen tranquilizadora que 2023 DW solo tiene una «posibilidad muy pequeña» de impactar nuestro planeta.
El análisis proviene del Centro de Coordinación de Objetos Cercanos a la Tierra de la Agencia Espacial Europea, que busca rocas en el espacio profundo que podrían ser peligrosas para la Tierra.
Como el asteroide 2023 DW fue descubierto hace solo unos días, los científicos continúan con su análisis para determinar con mayor precisión las características de la roca, que es similar en tamaño a una piscina olímpica.
«Hemos estado rastreando un nuevo asteroide llamado 2023 DW que tiene una posibilidad muy pequeña de impactar la Tierra en 2046″, tuiteó el Observatorio de Asteroides de la NASA esta semana. «A menudo, cuando se descubren nuevos objetos por primera vez, se necesitan varias semanas de datos para reducir las incertidumbres y predecir adecuadamente sus órbitas años en el futuro».
Agregó: «Los analistas de órbita continuarán monitoreando el asteroide 2023 DW y actualizarán las predicciones a medida que lleguen más datos».
Si un análisis posterior sugiere un mayor riesgo de que 2023 DW se estrelle contra la Tierra, sería una oportunidad de oro para que la NASA despliegue su sistema de desviación de asteroides. La tecnología fue probada el año pasado con gran éxito cuando estrelló una nave espacial contra un asteroide distante, con la fuerza del impacto alterando el curso de la roca.