Con el objetivo de concentrar sus esfuerzos en el desarrollo de vehículos híbridos y eléctricos, Porsche anunció que abandonaría la producción de modelos impulsados por motores diésel.
Oliver Blume, CEO de la firma alemana, explicó que la demanda por dichos propulsores ha ido en disminución y que el diésel es un combustible poco utilizado en las gamas deportivas, aunque sigue siendo relevante para la industria.
“Porsche no demoniza el diésel. Es, y seguirá siendo, una tecnología de propulsión importante. Nosotros, como fabricantes de autos deportivos, para los cuales el diésel siempre ha desempeñado un papel secundario, hemos llegado a la conclusión de que nos gustaría que nuestro futuro sea libre de diésel”, aseguró en un comunicado de prensa.
El ejecutivo de la marca del grupo Volkswagen -protagonista del escándalo por manipulación de las emisiones «dieselgate«- aclaró que “naturalmente, continuaremos atendiendo a nuestros actuales clientes con motores diésel con la profesionalidad que esperan».
Si bien Porsche podría no tener nada en contra de los propulsores diésel, está claro que la demanda viene a la baja. Según un informe de Automotive News Europe, solo en Alemania las ventas de vehículos cayeron 38 por ciento en la última década.
Durante 2017, las ediciones equipadas con plantas motrices diésel significó solo el 12 por ciento para Porsche. En paralelo, el «interés en los modelos híbridos ya está despegando», agregó la firma. Prueba de ello es que 63 por ciento de las Panamera vendidos en Europa son con dicha clase de configuración.
Los motores a gasolina representan alrededor del 58 por ciento del mercado y las alternativas, híbridas y eléctricas duplican o triplican cada temporada su volumen, pero aún siguen siendo actores minoritarios.
Muchos de los problemas del diésel están vinculados con la política, considerando que la Unión Europea (UE) le ha impuesto regulaciones ambientales cada vez más estrictas, rechazadas por los fabricantes por considerarlas demasiado amplias. Al respecto, los constructores reconocen problemas subsanables en los motores más antiguos, pero argumentan que los más nuevos sí son amigables con el medio ambiente.
Sin embargo, un estudio publicado recientemente por el Consejo Internacional sobre Transporte Limpio (ICCT) denunció que los automóviles diésel no cumplen con los estándares de emisiones de la UE. Según la publicación, los más eficientes superaban más del doble los límites exigidos, mientras que los modelos más contaminantes excedían en 18 veces las cifras toleradas.
Aduciendo un «cambio cultural», la marca germana había anunciado a principios de año que descontinuaría las ediciones diésel de sus modelos Macan y Panamera, no obstante mantuvo dicha motorización para el Cayenne. La noticia fue leída como una implícita señal de respaldo a sus unidades limpias y a su próximo primer ejemplar eléctrico, bautizado como Taycan.
El deportivo será lanzado en el transcurso de 2019 y, entre otras curiosidades, su proceso de fabricación es CO2 neutral. Además, será alimentado de electricidad producida sin impacto ambiental por una infraestructura de carga ultrarrápida repartida por Europa.
Para 2022, la empresa informó que habrá invertido más de siete billones de dólares (€6,000 millones de euros) en movilidad eléctrica, «creando las bases para un crecimiento sostenible en el futuro». En ese contexto, proyecta que a mediados de la década próxima todos sus modelos tendrán una versión sustentable, ya sea híbrida o puramente eléctrica.
«Nuestro objetivo es ocupar la vanguardia tecnológica: estamos intensificando nuestro enfoque en el núcleo de nuestra marca, al tiempo que alineamos constantemente nuestra empresa con la movilidad del futuro», enfatizó el CEO.
El fabricante de automóviles también se está concentrando en motores de combustión interna optimizados. «Los automóviles deportivos puristas, emocionales y potentes continuarán desempeñando un papel importante en la cartera de productos de Porsche», sentenció la marca.
Independientemente de las razones, la decisión de Porsche puede inspirar a otras compañías a hacer lo mismo. Paralelamente, la menor oferta podría abrirles oportunidades a los competidores, por lo que los incondicionales del diésel probablemente seguirán contando por un buen tiempo con opciones a la mano.