El último modelo Super Series de McLaren sucede al sensacional 650S para plantar cara a nuevos rivales como el Lamborghini Huracan Performante, el Ford GT y el Porsche 911 GT2 RS. Con un precio de $285,000, el 720S ofrece el “no va más” en rendimiento, tecnología y diseño.
A pesar de los avances que ha hecho McLaren desde que el 650S naciera hace cinco años, sigue siendo un fabricante de superdeportivos «alternativo» a marcas más reconocibles como Ferrari, Porsche y Lamborghini. Lo bueno es que, en lugar de imitar a sus competidores, McLaren ha impulsado su propio lenguaje de diseño, el cual concibe primeramente la función para después crear la forma exclusiva que beneficie a ésta: es el caso del 720S.
Los fanáticos reconocerán el 720S al momento, pero es casi seguro que todos los demás simplemente pensarán que se trata de un vehículo espacial. La aerodinámica influye en cada aspecto de su forma, pero de una manera no tradicional, cosa que algunos podrán no apreciar en el estilo del automóvil. Nosotros, por lo menos, lo encontramos encantadoramente hermoso y adecuadamente distinguido, como deberían ser todos los superdeportivos.
El McLaren 720S está diseñado para ir rápido, y la cabina refleja esa directiva. Alcántara, cuero y fibra de carbono se entrelazan para crear una estética deportiva con la cantidad correcta de detalles estilizados y de primera calidad. Los asientos deportivos con bordes reforzados ofrecen suficiente soporte y comodidad para los viajes largos, pero muestran su verdadero mérito cuando la fuerzas G de las curvas se vuelven extremas.
Dos monitores digitales brindan amplios datos al conductor. La pantalla del controlador LCD pone el tacómetro y un velocímetro digital. A la izquierda y derecha del tacómetro hay una rotación de telemetría, medios, navegación e información de alerta del vehículo. El inverso activo llena toda la pantalla TFT con una imagen gran angular de la vista posterior.
El segundo monitor de estilo vertical se encuentra junto a los ajustes del tren motriz y la suspensión. Todos los ajustes de entretenimiento y clima se pueden configurar en esta tableta del tamaño de un iPad Mini a través de controles táctiles, una gran rueda de desplazamiento y una pequeña variedad de botones físicos. Los pasajeros pueden conectar su teléfono inteligente a través de Bluetooth o desde una de las dos ranuras USB, pero ni Apple CarPlay ni Android Auto están disponibles. Pero incluso sin estas interfaces, el sistema de infoentretenimiento de McLaren es intuitivo y receptivo, sin duda más que la del Huracan Performante que probamos unos meses antes.
El McLaren 720S no tiene funciones de asistencia. Bueno: la verdad es que aquellos que necesiten de asistencia de mantenimiento de carril en un superdeportivo quizá necesiten hacerse ver por un especialista. Sin embargo, el 720S no está exento de adaptaciones fáciles de usar. Las puertas de mariposa, por ejemplo, cuentan con cortes centrales que evitan posibles atascos en la entrada y salida. La visibilidad es excelente gracias a los delgados pilares A y las grandes ventanas. Un gran maletero frontal se adapta a un par de bolsos (no muy grandes) para una escapada de fin de semana o para las compras del mes. Probablemente los propietarios no usarán este supercarro de $300K todos los días, pero si lo desean, el 720S puede jugar mejor que cualquiera de sus principales rivales.
Conectado al chasis monocasco evolutivo de fibra de carbono del vehículo, encontramos un V8 biturbo de 4.0 litros sintonizado para producir 710 caballos de fuerza y 568 libras-pie de torque. Al igual que la mayoría de sus rivales, el McLaren usa una transmisión de doble embrague de siete velocidades para transferir potencia a sus ruedas traseras (sí: solo el Huracan Performante tiene tracción en las cuatro ruedas).
Las especificaciones de rendimiento son largas. De cero a sesenta mph tarda solo 2.7 segundos, y si no levantas el pie del acelerador, puedes alcanzar una velocidad máxima de 212 mph, 341 km/h. Sin embargo, la verdadera métrica es la rapidez con que el 720S pasa de cero a 124 mph: 7.8 segundos. La forma en que el 720S sirve su poder es notable, también. A diferencia del 650S, que te aplasta contra el asiento con su par turboalimentado, el 720S acelera con una fuerza suave y progresiva.
La caja de cambios es una maravilla, que permite ir hacia abajo y/o hacia arriba tan rápido como tus dedos pueden desgarrar las paletas tras el volante. Los frenos cerámicos de carbono detienen la velocidad en seco y sin alardes. El sistema de suspensión adaptable, con tres configuraciones diferentes de amortiguadores, filtra golpes fuertes mientras mantiene el chasis pegado al pavimento en las curvas. Toda su carrocería aerodinámica no está de adorno: la carga aerodinámica generada por el divisor delantero y el alerón trasero activo se siente como si estuvieras conduciendo sobre una franja de imanes. La sensación nos recuerda el innovador sistema ALA de Huracan Performante. Los métodos de McLaren son más tradicionales, pero el efecto es similar: manejo inspirador de confianza y, sí: diversión a borbotones.
McLaren ha puesto una obra maestra al alcance de aquello que puedan pagar. Si eres uno de esos afortunados, pues no debieras pensártelo mucho y conseguir tu 720 lo más pronto posible.