Seamos honestos: el concepto “supercar-práctico” tiene tanto sentido como “cenicero de motocicleta”. Un supercar es por definición un ser extremo, diseñado para ser implacable y audaz… Aunque tal vez sea ésta una forma anticuada de pensar. Los supercars modernos reúnen las prestaciones de un auto de lujo con los de un vehículo de rendimiento, utilizando tecnologías tales como las suspensiones adaptables y los modos de conducción configurables, transformando a estos carros en una cosa o en otra.
En palabras de McLaren, el 570GT es “para viajar”, mientras que el hardcore 570S es “para la emoción”. Eso significaría que el GT es más suave y pragmático que su primo, relegando la intensidad en aras de una experiencia más cómoda. Pero, ¿qué tan cómodo es este McLaren? ¿Ha perdido este bulldog su mordedura? Afortunadamente, muchas de estas preguntas se contestan de inmediato.
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Las cosas mejoraron aún más en el asiento del conductor. Casi por necesidad se espera que un carro de $200,000 y 562 caballos de fuerza envuelto en fibra de carbono sea “espectacular”, pero en el caso del 570GT se va incluso más allá. La aceleración es absolutamente feroz, como todo en este V8 de 3.8 litros doble turbo de 562 caballos de fuerza y 443 libra-pies de torque. La tracción es trasera, y en McLaren aseguran que pasa de 0 a 60 mph en sólo 3.4 segundos, unas pocas décimas por detrás del 570S. Si lo dejas, llega en nada a las 204 mph, 328.3 km por hora.
Y aún más impresionante que la aceleración es su manejo. El 570GT se pega a la carretera como un imán, y aunque sus Pirelli P Zeros tienen mucho que ver en esto, su increíble chasis y su peso relativamente bajo de 3,296 libras lo convierten en el sueño de las curvas .
Al salir de estas, la caja de cambios de siete velocidades Seamless Shift realmente hace honor a su nombre, ya que cambia más rápido que cualquier otro mortal jamás lo haría. No es sólo rápido: el McLaren 570GT es realmente muy fácil de conducir. Los amortiguadores hacen un trabajo espectacular cuando el camino se torna áspero, mientras en su interior los asientos deportivos son más blandos que lo esperado (más blandos que en cualquier otro súper-deportivo), todo junto con un sistema de audio Bowers y Wilkins opcional. Ah, y con un hermoso techo panorámico, la cabina del GT es en realidad un lugar muy acogedor para estar.
Se debe decir eso sí que McLaren ha “amordazado” el escape del 570GT para hacerlo más civilizado. Muchos carros deportivos modernos cuentan con sistemas de escape con deflectores que permiten que este suene “bajo” cuando es necesario, pero también fuerte cuando se quiera. No se tiene esa opción aquí, y no importa el modo en que se maneje —Normal, Sport o Track— siempre habrá un tono relativamente apagado que no coincide con el rendimiento del vehículo.
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La anterior es una queja relativamente menor, pero en términos de defectos flagrantes, se debe mencionar el sistema de información y entretenimiento, los cuales son francamente obsoletos. La pantalla táctil es lenta, y carece de funcionalidad en comparación con sus competidores, y aunque el rendimiento del carro hace todo “espectacular”, el sistema es insatisfactorio. Al arrancarlo, o al introducirle alguna dirección de destino, suele aparecer una pantalla de carga (sí, sí: una pantalla de carga), y los tiempos de respuesta dejan bastante que desear. Una mancha perceptible en una máquina fantástica. Una lástima que McLaren haya descuidado este punto.
Sin duda alguna, el Audi R8 es su oponente más calificado. Los dos son bastante comparables en términos de velocidad (el R8 V10 Plus es ligeramente más rápido), pero los números son sólo números. Habiendo probado ambos, el McLaren es más ligero y se siente más manipulable a través de las carreteras y caminos. Con un precio inicial de $198,950 dólares, se le comparará tanto con el R8, como con el Mercedes-AMG GT S, el Porsche 911 Turbo S, el Acura NSX, e incluso el Nissan GT-R. Pero los otros los hay por montón, y McLaren es claramente una exclusividad. Su precio tiene también que ver con esto.