Un fármaco que ha ayudado a millones de hombres a revitalizar su vida sexual al parecer también tiene un beneficio para los caninos. Según un estudio reciente, el Viagra podría tratar un trastorno alimentario raro pero a menudo mortal en los perros.
La investigación sugiere que el sildenafil líquido, el ingrediente activo del Viagra, ayudaría a tratar a los perros con un esófago agrandado, el cual les impide comer con normalidad. La condición se llama megaesófago y puede afectar a muchos mamíferos, incluyendo humanos y perros, además de ser la causa de otras enfermedades.
Con esta condición, el esófago —el conducto que transporta los alimentos desde la boca hasta el estómago— no solo se agranda, sino que también pierde su capacidad de empujar los alimentos hacia abajo. Esto hace que la comida y el agua se atasquen en el esófago, y que los perros a menudo regurgiten una comida antes de que llegue al estómago.
Debido a que los perros afectados no reciben una buena nutrición, la condición puede conducir a una inanición lenta; otras veces, los trozos de comida pueden bajar por la tráquea hasta los pulmones, lo que provoca una forma de neumonía que puede volverse mortal si no se trata.
“La literatura nos dice que muchos perros con la enfermedad mueren de neumonía por aspiración o son sacrificados de manera humanitaria debido a la mala calidad de vida dentro de los ocho meses posteriores al diagnóstico”, dijo la codirectora del estudio Jillian Haines, veterinaria de la Universidad Estatal de Washington en Pullman.
Por lo general, los veterinarios intentan manejar el megaesófago al tratar las condiciones subyacentes, si es posible. Los cambios en la dieta o alimentar a los perros en posición vertical también pueden reducir el riesgo de regurgitación y, en casos más graves, se les puede colocar una sonda de alimentación directamente en el estómago. Sin embargo, no hay medicamentos específicos disponibles que ayuden a restaurar la capacidad del esófago para funcionar como de costumbre.
Ahora es cuando entra en juego el sildenafil. Este afecta principalmente el cuerpo al relajar o dilatar los vasos sanguíneos. Si bien esto ayuda a los hombres con disfunción eréctil, también se usa para tratar una forma de presión arterial alta tanto en humanos como en perros.
Los efectos de dilatación del medicamento hicieron que los autores del estudio, publicado el mes pasado en el American Journal of Veterinary Research, se preguntaran si también podrían ser de ayuda con el megaesófago.
El estudio involucró a 10 perros domésticos con la condición. Por dos semanas, cada uno fue seleccionado de manera aleatoria para recibir un ciclo de sildenafil líquido y un ciclo de placebo (por ejemplo, si a un perro se le administraba primero el placebo, recibía el sildenafil después de un descanso de una semana, y viceversa).
Antes y al comienzo de cualquiera de los tratamientos, los autores midieron con rayos X qué tan bien funcionaba el esófago para mover los alimentos hacia el estómago. Además, le pidieron a los dueños que hicieran un seguimiento de cuántos episodios de regurgitación tenían los perros en casa durante las dos semanas siguientes.
Los autores no encontraron una diferencia significativa en la rapidez con que el esófago movía los alimentos en cualquiera de los escenarios. Pero cuando los perros tomaban sildenafil, los dueños reportaron menos episodios de regurgitación en comparación con el inicio y cuando tomaban placebo. Los perros también recuperaron algo de peso (casi un kilo en promedio) mientras tomaban el medicamento, y no pareció haber ningún efecto secundario importante informado.
“No hay medicamentos que podamos usar para controlar el megaesófago. Sildenafil es el primero en apuntar a estos mecanismos y reducir la regurgitación, lo cual es importante porque eso es lo que finalmente mata a estos perros”, dijo Haines a KOIN. El sildenafil “abre el esfínter esofágico inferior por 20 minutos a una hora, lo que funciona muy bien para los perros porque solo queremos que se abra cuando están comiendo”.
Haines dice que desde entonces le recetó sildenafil a algunos de los dueños involucrados en el estudio, quienes continúan usándolo con sus perros. Sin embargo, será necesario realizar más investigaciones para validar los posibles beneficios observados en este pequeño estudio, y es probable que el medicamento no funcione bien con todos los perros afectados.
En la investigación en sí, el sildenafil llegó a los estómagos de los perros solo 70 por ciento de las veces, y parecía ser menos eficaz para aquellos que, al principio, regurgitaban con más frecuencia.
Aun así, debido a las opciones limitadas disponibles para esta condición, el equipo espera que más investigadores veterinarios puedan hacer un seguimiento de su trabajo. “Creo que el sildenafil cambiará y salvará la vida de muchos perros”, dijo Haines. “Esta investigación ayuda a respaldar su uso y, con suerte, alentará a más personas a usarla”.