Una de esas situaciones que se logran documentar en una suerte de uno en un millón le ocurrió al Observatorio de Ondas Gravitacionales del Interferómetro Láser (LIGO), con sede en Estados Unidos, y al observatorio de ondas gravitacionales Virgo, en Italia, ya que ambos revelaron la fusión entre un agujero negro y una estrella de neutrones.
Según publican en The Astrophysical Journal Letters se trataría de un verdadero Pac-Man espacial y sería muy útil para el reconocimiento del origen de la materia.
“Estas colisiones han sacudido el universo hasta su núcleo y hemos detectado las ondas que han enviado a través del cosmos. Cada colisión no es solo el encuentro de dos objetos masivos y densos. Es realmente como el Pac-Man, con un agujero negro que se traga a su estrella de neutrones compañera”, sostiene la Universidad de Northwestern.
“Las ondas gravitacionales nos han permitido detectar colisiones de pares de agujeros negros y pares de estrellas de neutrones, pero la colisión mixta de un agujero negro con una estrella de neutrones ha sido la pieza esquiva que falta en la imagen familiar de las fusiones de objetos compactos”, dijo Chase Kimball, un estudiante graduado de Northwestern que fue coautor del estudio.
“Completar esta imagen es crucial para restringir la cantidad de modelos astrofísicos de formación de objetos compactos y evolución binaria. Inherentes a estos modelos son sus predicciones de las tasas de fusión entre sí los agujeros negros y las estrellas de neutrones. Con estas detecciones, finalmente tenemos mediciones de las tasas de fusión en las tres categorías de fusiones binarias compactas”.
Por su parte, el doctor Johannes Eichholz, del Centro de Astrofísica Gravitacional de la ANU e investigador asociado de OzGrav, dijo que “este tipo de detecciones son increíblemente raras —asegura—. No hemos detectado estos eventos una vez sino dos veces y con 10 días de diferencia. Al igual que las ondas de estos dos eventos, que se han sentido mil millones de años después, estos hallazgos tendrán un profundo impacto”.
Sobre el lugar del universo donde se provocó esta fusión, la dirección del origen de las ondas se puede determinar a una parte del cielo equivalente al área cubierta por 2,900 lunas llenas.