Un nuevo estudio desarrollado en la Universidad de California sugiere que las personas contagiadas de COVID-19 requieren solo una aplicación de las vacunas de doble dosis.
De acuerdo con las conclusiones de los investigadores, haber tenido COVID-19 provoca el mismo efecto en el organismo que una dosis de la vacuna. Por tanto, con la primera inoculación de una vacuna como la de Pfizer o Moderna los niveles de anticuerpos alcanzan niveles máximos y similares a los de una persona que no se contagió con COVID-19 y que recibió ambas dosis.
La misma investigación revela que en una persona contagiada primero y vacunada después, la segunda dosis de la vacuna no implica ningún beneficio extra. Por tanto, las políticas de salud que se apliquen en diversos lugares “deberían tomar esto en consideración, ya sea para optimizar el uso de las vacunas como también para evitar riesgos innecesarios”, aseguran.
El estudio también sugiere algo que ya se ha comentando desde hace tiempo por parte de la comunidad científica: que serán necesarias nuevas dosis en el camino. Los investigadores concluyen que la protección de los anticuerpos contra el COVID-19 disminuye al mismo ritmo, ya sea si se obtuvieron mediante una vacuna o por contagio.
Todo esto ocurre mientras el mundo está en alerta por la variante Delta del COVID-19, que surgió en India y ya se encuentra en casi 100 países. Se cree que esta variante es responsable en parte de los rebrotes en Israel, además de que se estudia la efectividad de las vacunas contra ella; al menos las desarrolladas por Pfizer y AstraZeneca parecen tener cerca de 90 por ciento de efectividad frente a la versión más contagiosa de este coronavirus.