Con la sociedad en pie de guerra y resuelta a hacer frente al discurso del odio y xenofobia, las redes sociales han estado en entredicho al ser consideradas como plataformas de difusión de este tipo de mensajes. Twitter tomó cartas en el asunto y Facebook hizo lo propio, pero parece que las medidas adoptadas por los segundos no han convencido y se ha iniciado una campaña mediante la que se solicita el boicot a esta red social. Bajo el eslogan “Stop Hate for Profit”, una serie de empresas y organizaciones proponen un boicot distinto al que ya vivimos con #deletefacebook: ahora se pide a los anunciantes que dejen de invertir en publicidad en la red social.
De prosperar esta iniciativa, los problemas para Facebook podrían ser más serios ya que no se enfrentaría a una posible reducción de usuarios, sino a una pérdida de ingresos. En concreto, los promotores de este boicot estiman que la red de Mark Zuckerberg ingresa unos $70 billones (70,000 millones) de dólares al año en concepto de publicidad, y se acusa a Facebook de “permitir la incitación a la violencia contra quienes protestaban por la muerte de Georges Floyd, Breonna Taylor, Tony McDade, Ahmaud Arbery, Rayshard Brooks y otros muchos”, como podemos leer en su manifiesto.
Quiénes apoyan el boicot
North Face se ha convertido en la primera gran marca de consumo en anunciar públicamente su boicot. Le siguieron las multinacionales de la industria de la moda y los accesorios outdoors Rei y Patagonia, así como Verizon, que es el mayor operador de telefonía móvil de Estados Unidos.
A través de Twitter, North Face explicó que que el boicot se extenderá también a Instagram y se mantendrá en el tiempo hasta que Facebook “mejore sus políticas contra el racismo, el discurso del odio y la desinformación”. No se ha especificado el importe anual que la compañía invierte en publicidad en la red social, pero seguro que le seguirán más.
Según informó BBC News, Patagonia también ha determinado retirar toda la publicidad de la red social y sus plataformas vinculadas «al menos hasta fines de julio» de 2020.
El siguiente en sumarse fue el operador de telefonía móvil Verizon, al pausar sus anuncios hasta que Facebook y sus subsidiarias establezcan «una solución aceptable que nos haga sentir cómodos y sea coherente con lo que hemos hecho con YouTube y otros socios».
A través de un comunicado, el director de medios de la firma, John Nitti, señaló este jueves 25 de junio que «tenemos políticas estrictas de contenido y tolerancia cero. Cuando se violan, tomamos medidas».
Grupos activistas como Anti-Defamation League (ADL) han celebrado la decisión. Citado por Bloomberg, su director ejecutivo, Jonathan Greenblatt, dijo que ese es el único camino hacia un «cambio real».
«Aplaudimos a Verizon por unirse a esta creciente lucha contra el odio y la intolerancia al pausar su publicidad en las plataformas de Facebook, hasta que ponga a las personas y la seguridad por encima de sus ganancias», expresó.
Opinión de expertos
Zuck y su equipo ya se han puesto en marcha ante la que se les puede venir encima. “Respetamos las decisiones de los anunciantes y seguimos centrados en retirar el discurso del odio”, ha declarado Carolyn Everson, la responsable de negocios de la red social.
Facebook reiteró el domingo 21 de junio su compromiso con «el avance de la equidad y la justicia racial». «Estamos tomando medidas para revisar nuestras políticas, garantizar la diversidad y la transparencia al tomar decisiones sobre cómo las aplicamos».
Para el analista Joseph Evans, Facebook intenta evitar una mayor regulación de parte del gobierno de Estados Unidos. «Facebook puede resistir el boicot de las grandes empresas mejor que cualquier otra organización de medios, ya que gran parte de sus ingresos proviene de anunciantes más pequeños que es poco probable que se unan para hacer demandas políticas», explicó.
Para el jefe de tecnología de Enders Analysis, «muchos de esos pequeños anunciantes están bajo presión debido a que el COVID-19 está agotando su flujo de caja. Podríamos estar viendo una tormenta perfecta».
Evans señaló a BBC News que Facebook está «tratando de caminar por la cuerda floja», dado que no ha realizado demasiados cambios en sus políticas». Sus medidas, planteó, «podrían provocar regulaciones punitivas o una nueva comparecencia de Mark Zuckerberg ante otro comité del Senado».
*Nota actualizada el viernes 26 de junio de 2020 con la adhesión de Verizon