Pocos vehículos son tan icónicos y celebrados transversalmente como el Defender de Land Rover. El mundo acaba de conocer el modelo 2020, que llegará a los mercados la próxima primavera boreal. Conversamos con Gerry McGovern, director de diseño de la compañía británica, y Andy Wheel, diseñador exterior jefe, quienes tuvieron la difícil tarea de impulsar el sello del Defender, crear un vehículo moderno y mantenerlo fiel a sus raíces.
Han pasado más de dos décadas desde que se vendió el Defender en Estados Unidos y cuatro años en el resto del mundo. ¿Por qué demoró tanto tiempo el regreso?
Gerry McGovern: He estado largo tiempo en Land Rover y, antes de irme por primera vez en 1999 y habiendo hecho (mediados de los 90) el primer Freelander, ya estábamos buscando reemplazar el Defender. Cuando regresé desde Estados Unidos, todavía era un objetivo. Cuando hicimos el DC en 2011, fue cuando comenzamos a intentarlo. Pero había otras prioridades.
Tenemos un negocio y tres familias de vehículos. Cuando regresé, el foco era el Range Rover. Ese fue nuestra prioridad, junto al restablecimiento del Discovery. Entonces solo vendíamos 8,000 unidades del Defender, lo que era bueno, pero debíamos priorizar el resto. Ahora el Defender nos da amplitud y alcance. Hemos hecho esa transición en los últimos 10 años, pasando de ser una marca especializada a ser un proveedor de vehículos de lujo con presencia global.
El nuevo Defender tiene que hacer un trabajo similar, por eso creamos una familia. Necesitamos hacer un mayor volumen para recuperar esa inversión y reinvertir en el futuro. Es un vehículo sumamente clave.
¿Qué representa el Defender para la línea de Land Rover?
GMG: El Defender es durabilidad y está construido para un propósito. Es el más capaz y extremo. Y eso es lo más difícil. El diseño se relaciona con eso. Además, tiene un excelente desempeño en la carretera.
En sus primeros días, el Defender hizo varias tareas, como soporte para servicios de electricidad, de gas, como ambulancia, en tareas forestales o como carro de bomberos. Puedes argumentar que no necesariamente irá en esa línea, pero hemos visto proliferar estilos de vida distintos a los de antaño. Ciclismo, senderismo, escalada y todas esas cosas. Y esto nos une a ellos. Con 170 accesorios, hay mucho para ahondar.
¿Cómo se expresa todo eso en el Defender 2020?
Andy Wheel: El Defender comienza con la silueta, la vista lateral es clave. Incluso con las cortinas puestas, al trasluz, la gente sabe que es un Land Rover. Esto se debe a cosas como el borde delantero plano del techo, que es muy horizontal, y el extremo posterior vertical. El parabrisas, que para un automóvil moderno es muy vertical, y el capó muy horizontal. Y los aleros frontales muy cortos. Con todos esos elementos juntos, obtendrás esta silueta que hace clic para las personas, que dicen: «Sí, ese es un gran vehículo todoterreno y absolutamente es un Land Rover».
Después nos metemos en las líneas horizontales que dividen el techo del vidrio desde la parte inferior y luego todo lo demás. Se trata de superficies muy limpias pero muy sofisticadas que envían esos mensajes subliminales que hacen que el carro parezca y sea duro.
¿Cuál fue el mayor desafío al diseñar la nueva generación del Defender?
GMG: El mayor desafío fue que nuestro propio equipo de gente no lo rediseñara en exceso. Eliminar lo más posible es, pensándolo detenidamente, una de las mayores tonterías del diseño. No permitir que el auto creciera más de lo necesario.
AW: El principal reto fue lograr el equilibrio adecuado. El respeto por el pasado, pero también algo que los fanáticos -y somos fanáticos del diseño de Land Rover- consideraran como un digno sucesor. Ese fue el mayor desafío, porque hay un millón de formas de equivocarse. Esperemos haber encontrado ese punto de equilibrio.
¿De dónde vino la inspiración para esta nueva generación?
GMG: La inspiración viene de estar dentro de tu marca, del ADN que desarrollas. No salgo a mirar montañas pensando que me gusta la forma en que fluye el agua. Tiene que haber una lógica visual detrás de eso. Tenemos una estrategia de marca y una estrategia de diseño basada en la modernidad, la relevancia y, en última instancia, la conveniencia.