Con todo el foco en los nuevos vehículos híbridos y eléctricos, quizás pienses que los combustibles fósiles tienen los días contados. Shell piensa diferente, sin embargo. El gigante del petróleo acaba anunciar los resultados de los tests de consumo del Auto Concepto Shell, informó Car Dealer Magazine.
El auto tiene un diseño aerodinámico, un motor customizado de baja fricción y lubricantes especializados, todo con el fin de reducir el consumo de combustible.
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Este prototipo de Shell quizás nunca se produzca en serie, pero esta iniciativa muestra que las compañías petroleras no están observando pasivamente como las tecnologías de combustibles alternativas se llevan toda la atención.
Shell trabajó junto al estudio de diseño Gordon Murray en la carrocería del concept y junto a Geo Technology en el motor a gasolina de tres cilindros. El equipo se concentró en minimizar la fricción de las partes móviles del motor, mientras que Shell proveyó lubricantes especiales creados exclusivamente para propulsores de baja fricción, al igual que lo hizo para el auto de ciudad T.25 de Gordon Murray en 2010.
Con un peso de apenas 1,200 libras, el vehículo es tan pequeño que podrías ponerlo encima de una mesa de ping-pong. Este concept de Shell tiene solo tres asientos (uno en el frente para el conductor y dos atrás) y fue diseñado para ser usado en la ciudad. El frente se levanta para que los pasajeros y el conductor puedan acceder al auto. Anteriormente referido como ‘Project M’, el auto concepto de Shell tiene su propio sitio web con las especificaciones del diseño y la historia completa del proyecto.
El auto no es solo un diseño experimental. Shell dijo que lograría un 34% de reducción de energía en su vida útil, comparado con el consumo típico de los autos de ciudad del Reino Unido, el país donde el prototipo fue presentado. En los tests de consumo de combustible, el auto de Shell midió 89 mpg a 70 mph y 107 mpg a 45 mph.
Aunque este auto no ha sido creado con la intención de ser producido en serie, la industria del petróleo está enviando un mensaje alto y claro de que no van quedarse con los brazos cruzados en la batalla que define qué combustibles alimentarán a los autos del futuro.