Paxlovid, la píldora contra el COVID-19 que desarrolla la farmacéutica Pfizer, tiene una alta efectividad para prevenir los efectos más severos del coronavirus, según los resultados revelados por la compañía.
Esta conclusión se extrae de un estudio realizado con pacientes adultos y en alto riesgo de padecer un cuadro grave de la enfermedad; los números indican que la píldora de Pfizer reduce en 89 por ciento las hospitalizaciones o las muertes.
De 389 pacientes que recibieron Paxlovid, solo tres terminaron hospitalizados. En cambio, de 385 pacientes que recibieron una píldora placebo, 27 resultaron hospitalizados y siete fallecieron.
Para Pfizer, estos datos son importantes porque “sugieren que la píldora de consumo oral tiene el potencial para salvar vidas, reducir la severidad de las infecciones y evitar nueve de 10 hospitalizaciones”.
Pero antes de su aplicación, Paxlovid tiene que ser autorizada por las organizaciones respectivas. En Estados Unidos, Pfizer anunció que las pruebas no seguirán adelante y que entregará los datos del estudio a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) para que se apruebe su uso de emergencia.
Si la FDA aprueba la píldora contra el COVID-19, el tratamiento consistirá en tres píldoras administradas dos veces al día.
Esta píldora ha estado en desarrollo desde comienzos de 2021 por Pfizer y han transcurrido varias fases de pruebas con resultados prometedores en general. Sin embargo, todavía no está claro cuándo este tratamiento podría empezar a aplicarse de manera general, aunque Pfizer espera que la documentación —y potencial aprobación— esté lista antes de que se acabe el año.
Una píldora como Paxlovid tiene el potencial para cambiar radicalmente el tratamiento contra la enfermedad, que hasta ahora solo se ataca con vacunas y que, pese a la evidencia científica, tienen bastantes detractores.