En la bahía de San Francisco, el hospital Zuckerberg está utilizando una tecnología que podría acelerar y cambiar el modelo predictivo del coronavirus. Se trata de un anillo que permite medir la temperatura y otros parámetros corporales. Oura y los investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) están detrás del proyecto.
Tal como informa el SF Chronicle, Oura está haciendo las primeras pruebas y pidió a 15,000 usuarios que compartan los datos de su dispositivo inteligente.
Este anillo según se define en su sitio web oficial está «equipado con LED infrarrojos, sensores de temperatura NTC, un acelerómetro y un giroscopio, todo envuelto alrededor de su dedo: el lugar más preciso y conveniente para capturar mediciones corporales como frecuencia cardíaca, HRV, temperatura, pasos y más».
Principalmente, se usa para medir la calidad del sueño y su carga completa dura siete días, además de ser resistente al agua.
La idea de los investigadores de la UCSF y de Oura es que en los próximos meses el anillo se pueda usar para detectar los síntomas tempranos del COVID-19 y así adelantarse a la enfermedad antes que comiencen los días más complejos.
Esto, por otro lado, podría permitir a las autoridades locales hacer rastreos, trazar los casos y tener aislados a los usuarios.
Uno de los casos que tendría esperanzado a los profesionales tras el anillo es lo que le sucedió a un ejecutivo de negocios finlandés, quien es usuario del Oura Ring y notó que su temperatura era más alta de lo normal (alrededor de 100.4 Fahrenheit, que son 38 grados Celsius) y que su ritmo cardíaco y respiratorio aumentaron ligeramente.
Petri Hollmen aclara que gracias a eso se hizo la prueba y los resultados fueron positivos para COVID-19. Sin el anillo, escribió en Facebook , no habría notado esos cambios.
«Ayer (jueves 12 de marzo) me desperté sintiéndome bastante normal. Abrí mi aplicación Oura (el anillo que monitorea mi sueño, respiración, temperatura corporal, etc.) y me sorprendió lo baja que era mi «preparación». Para todos los usuarios de Oura, mi preparación era de 54, ya que normalmente es de alrededor de 80-90 y la razón de esto fue mi temperatura corporal elevada. Tenía un grado centígrado en comparación con lo normal, por lo que se podría decir que ‘casi tenía fiebre’. Decidí llamar a las autoridades locales de todos modos y contarles sobre la temperatura moderada y sobre estar en el área del Tirol. Me sentí un poco avergonzado de hacer eso, ya que me sentía perfectamente bien. Dudaron sobre la prueba, ya que no tenía otros síntomas, pero decidí hacer la prueba de todos modos. Fui examinado en el Hospital de la Universidad de Turku (TYKS) por la mañana por una mujer en un traje espacial. Una experiencia realmente rápida y agradable, si te gustan los bastoncillos de algodón de 15 cm de largo metidos en la nariz… Después de la prueba, volví a casa, donde el resto de mi familia también estaba en cuarentena. Los resultados llegaron al final de la tarde y la prueba fue positiva», señaló en parte del texto que se puede leer en su posteo.