Un consorcio de astrónomos descubrió el primer exoplaneta gigante que fue capaz de sobrevivir a la muerte de su sol y continuar orbitando alrededor de la enana blanca en la que se convirtió su estrella madre.
El hallazgo de la Asociación de Universidades de Investigación en Astronomía (Aura) muestra que es posible que los planetas del tamaño de Júpiter sobrevivan a la desaparición de su estrella y se establezcan en órbitas cercanas alrededor de la estela restante, cerca de la zona habitable.
La investigación, además, predice lo que podría ocurrir en el Sistema Solar, cuando el Sol envejezca y se convierta en una enana blanca.
Los astrónomos usaron el Observatorio Internacional Gemini, un programa del NOIRLab, entre otros telescopios en el mundo y en el espacio, para encontrar y caracterizar un planeta gigante, 13.8 veces más grande que Júpiter, orbitando una estrella enana blanca.
Este es el primer ejemplo de un planeta gigante intacto que orbita cerca de una estrella enana blanca, en este caso, una brasa estelar particularmente fría y tenue conocida como WD 1856 + 534.
La investigación de Aura fue publicada este 16 de septiembre en la revista Nature.
«El descubrimiento fue una sorpresa. Un ejemplo anterior de un sistema similar, en el que se veía pasar un objeto frente a una enana blanca, mostraba sólo un campo de escombros de un asteroide en desintegración”, explicó el autor principal Andrew Vanderburg.
Las observaciones espectroscópicas capturaron la huella dactilar de la estrella, pero no la del planeta ni los restos que rodean el sistema.
«Estábamos usando el satélite TESS para buscar escombros en tránsito alrededor de las enanas blancas y para tratar de comprender cómo ocurre el proceso de destrucción planetaria. No esperábamos encontrar un planeta que pareciera estar intacto», sostuvo Vanderburg.
Como los investigadores no detectaron ninguna luz del planeta, incluso usando un sistema infrarrojo, estiman que se trataría de un planeta extremadamente frío.
Siyi Xu, astrónomo asistente del Observatorio Gemini y uno de los investigadores detrás del descubrimiento, indicó que tenían evidencia indirecta de que existían planetas alrededor de enanas blancas, por lo que es “asombroso encontrar finalmente un planeta como éste».
Las enanas blancas son extremadamente densas y muy pequeñas, por lo que el exoplaneta es más grande que su pequeña estrella madre, lo que hace que el sistema sea particularmente inusual.
Cómo evitó su muerte
El sorprendente descubrimiento del planeta, conocido como WD 1856 b, plantea interrogantes sobre el destino de los planetas que orbitan estrellas destinadas a convertirse en enanas blancas, como el Sol.
De los miles de planetas fuera del Sistema Solar que han sido descubiertos, la mayoría orbitan estrellas que eventualmente evolucionarán a gigantes rojas y luego a enanas blancas.
Durante este proceso, cualquier planeta en órbitas cercanas será engullido por la estrella, un destino que el planeta WD 1856b, de alguna manera, logró evitar.
«Nuestro descubrimiento sugiere que WD 1856b debe haber orbitado originalmente muy lejos de la estrella, y luego viajó hacia adentro después de que la estrella se convirtió en una enana blanca», afirmó Vanderburg.
El descubrimiento sugiere que los planetas pueden terminar cerca de la zona habitable de la enana blanca y potencialmente ser capaces de soportar vida, incluso después de que su estrella haya muerto.